Impuestos negativos para hacer competitiva la economía circular

El capitalismo, señala Francisco Fernández de Pedro, ha funcionado hasta ahora de una manera lineal: se producen mercancías que se consumen y cuyos desechos se vierten al medio. Por contra, la economía circular es un continuo en el que la producción y el consumo se enlazan para producir la menor cantidad de residuos y utilizar los menores recursos. Esto tiene la ventaja de que se hace un uso más eficiente de la energía y se protege mejor el medio ambiente, sin embargo, el precio de las mercancías se encarece. 

Impuestos negativos

Para hacer frente a este problema, el economista aboga por la creación de "impuestos negativos", con los cuales el Estado estimule la economía circular por medio de un abaratamiento de los precios. Señala que se trataría de hacer frente a las deseconomías y a las externalidades negativas del proceso productivo convencional, algo que no va contra del sistema capitalista, porque sigue la lógica de obtener la mayor rentabilidad de los recursos productivos. 

Un mundo cambiante

La economía circular es aún más necesaria en un mundo cambiante como en el que vivimos, caracterizado por una situación permanente de inestabilidad política, social y económica "que durará decenas de años": "Vivimos en un estado de cosas en la que se juega a cortísimo plazo, evolucionamos con herramientas distintas a las que hemos contemplado en los últimos cuarenta años". Señala que esto no solo sucede en España, con una situación política de bloqueo, sino que es algo que ocurre a nivel mundial y permite explicar el auge de partidos como Vox que "saca los valores más trascendentales porque no aguanta estos movimientos".

Señala que es necesario un mínimo de estabilidad, "que evite votar cada dos o tres meses". Tal vez, afirma, lo mejor para España sería un régimen presidencialista "que permita mandar durante un plazo de cuatro o cinco años".