Txema Santana, portavoz de la organización de ayuda a los refugiados, afirma que el actual colapso se podría haber evitado porque era fácil de prever.
El portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias, Txema Santana, afirma que las islas no se pueden permitir el “error histórico” de que se entienda que su territorio es una cárcel para los inmigrantes. A su juicio, esta podría ser una de las hipótesis ante el cierre de los traslados a otros puntos del país.
En opinión del portavoz de la organización, el sistema “ha colapsado” porque no ha habido la previsión “a pesar del conocimiento” de que la situación se iba a producir. Así, se ha llegado a un momento en que se da “una imagen decadente y muy degradada”, con personas durmiendo en el asfalto, al sol y al calor. Con todo, recuerda que son situaciones que no se van a solucionar si se trasladan a otras ubicaciones, pues la nave del puerto en Las Palmas de Gran Canaria “no tiene ventilación ni duchas”.
Promesas incumplidas
Recuerda que hay espacios públicos que ya deberían estar preparados “y no lo están”, a pesar de las promesas de una red dependiente del Ministerio de Defensa o una nave en Arinaga: “Pero no hay nada”. Señala que la situación era previsible, pues si en agosto llegaron 800 personas, en lo que vamos de septiembre se ha superado esa cantidad por el cambio de los vientos y la calma.
En su opinión, es “clave” entender que las personas que llegan a Canarias llegan también a España y a Europa. El hecho de que no se estén trasladando a esos inmigrantes puede ser porque “se esté comprendiendo a Canarias como una cárcel y ese es un error histórico que no nos podemos permitir”. Todo se arreglaría si se regulara el derecho a emigrar, lo que evitaría estas situaciones así como que los inmigrantes arriesgaran sus vidas en manos de las mafias: “Ese es el nudo gordiano”.
Campañas nada inocentes
Sobre la frustrada visita del ministro de Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, a Canarias, Santana afirma que no es necesario estar en el lugar para solucionar los problemas, “basta con palpar la sensibilidad y tener el coraje”. No obstante, duda de que la solución esté toda en manos de ese Ministerio.
Considera que las campañas racistas que se han vivido en los últimos días no se hacen “de forma inocente”. Considera que la única forma de cortar el racismo es gestionar bien las migraciones. Asimismo, hace un llamamiento a los medios de comunicación para que pongan el mismo altavoz a las personas que se ofrecen de forma voluntaria a mejorar la vida de los inmigrantes.