El periodista cultural Javier Moreno discute en su sección semanal la dificultad para demostrar que algo existe y la mayor dificultad aún para demostrar que algo no existe.
Moreno señala que el problema de la existencia es uno de los más complejos de la filosofía, pues se trata de demostrar sin ningún género de dudas que algo existe realmente con independencia de nuestra capacidad o incapacidad para percibirlo. El caso paradigmático es el de la existencia de Dios, de la cual no tenemos ninguna prueba, en el sentido convencional de la palabra “prueba”. Por tanto, no es posible decir taxativamente que Dios existe, pero tampoco es posible afirmar que “Dios no existe”. Las dos son respuestas “dogmáticas”.
Lo mismo se aplica a la recurrida tesis sobre los “barcos nodriza” que, supuestamente, lanza a los cayucos hacia Canarias desde alta mar. Afirmar su existencia sin prueba alguna, dice Moreno, es una temeridad y un error intelectual, pero demostrar su inexistencia es igualmente temerario.
Moreno se pregunta sobre cómo se resuelve este problema en las situaciones cotidianas. A su juicio, la única solución posible es la pragmática: lo que mejor funciona es lo que creemos. Así, en principio da igual si los inmigrantes llegan mediante sus propias fuerzas o mediante barcos nodriza, porque para la mayor parte de la tarea “es irrelevante”. La parte de la tarea para la que tiene interés, la investigación policial, depende de la evidencia, es decir, de descubrir algún indicio de que existen tales barcos nodriza. Si esa evidencia, “la teoría de que vienen lanzados desde un barco nodriza tiene el mismo valor que la teoría de que son lanzados desde un platillo volante”.