El periodista cultural Javier Moreno comenta la decisión del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, de suspender las fiestas argumentando que son incompatibles con la pandemia.
Moreno señala que Bermúdez afirmó que la suspensión se debe a que los carnavales son, por definición, algo “desordenado”, lo cual no es armonioso con la lucha contra la covid-19, que exige que las personas actúen de forma más o menos coordinada.
El paso de la oca
El periodista está parcialmente en desacuerdo porque, si bien el carnaval, “por definición” es desordenado, porque supone una alteración de lo que se considera normal, lo cierto es que “desde hace décadas, el carnaval de Santa Cruz de Tenerife es más parecido que existe a un desfile militar, marchando todos al paso de la oca”.
Esto, dice Moreno, es lo propio de una “fiesta administrada”, es decir, las que organizan las administraciones públicas, en las que se establecen horarios para todo, el orden en que se debe desfilar, en qué chiringuitos hay que consumir y hasta la marca de cerveza que hay que beber.
Si el carnaval fuera lo contrario del orden, entonces sería un ‘caos’, es decir, algo incontrolable por definición. Pero, la realidad, dice, es que los carnavales de Santa Cruz de Tenerife y de Las Palmas de Gran Canaria no tienen nada que ver con el caos, sino más bien con una mera puesta en escena de “una flashmob destinada a la promoción turística”.