El director general de Dependencia del Gobierno de Canarias reconoce que la covid-19 ha roto las previsiones.
El director general de Dependencia del Gobierno de Canarias, Miguel Monterio, afirma que su departamento va “por buen camino” en lo que se refiere a la reducción de las listas de espera para obtener los derechos a que da lugar la declaración de dependencia, pero reconoce que están “muy lejos” de lo que querían al comienzo de la legislatura.
Recuerda que en los cinco meses de 2019 que gestionaron el departamento, bajaron el tiempo para la obtención del grado de dependencia de 785 días, a un año y nueve meses. Pero con la covid-19 se han roto las previsiones y han vuelto a los 740 días.
55.0000 solicitudes vivas
Afirma que, según el Imserso, se tardan hasta 990 días entre la solicitud de la prestación hasta su obtención, algo que considera “un disparate” ocasionado porque, a su juicio, el Gobierno anterior no ponía el personal suficiente para introducir los expedientes en el sistema, de tal forma que cuando entraron quedaron grabados con la fecha de registro. A esto se suma que la fecha de entrada de dependencias en residencias que dependen de los cabildos queda registrada de forma anómala en la base de datos del Imserso, lo que hace inexacto el cálculo de la media de los tiempos.
Informa de que, en Canarias, hay 55.0000 solicitudes vivas de dependencia, la cifra más alta de la historia, siendo el Archipiélago la tercera comunidad que más ha crecido y la que más ha mejorado en un año. A su juicio, el dato más relevante es el de haber registrado la mayor bajada de personas con prestación reconocida y que no la podían disfrutar, pasando de los 9.040 a finales del año pasado a las 7480 personas actuales, “la mayor bajada de la historia”.
Edades muy altas de solicitud
Sobre las personas que han fallecido sin recibir la prestación, matiza que no son fallecimientos debidos a la covid-19 ni la causa del óbito está estrictamente vinculada a la dependencia: “Es un dato frío que esconde casos totalmente distintos” y que viene derivado de que históricamente los canarios piden la dependencia muy tarde, porque no la entendían como un derecho: “En Canarias, las edades medias de solicitud son de las más altas”.