Francisco J. Chavanel
La noticia del día de hoy es la conferencia de prensa que dará Augusto Hidalgo, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, para anunciar su candidatura a la Secretaría de la agrupación local de la ciudad capitalina, la que más militantes posee y, por lo tanto, mayor influencia despide, en todo el Archipiélago. Es noticia porque por lo que parece la de Hidalgo no es una candidatura única, quiero decir que no todo el partido está con él.
Es una sorpresa, sin duda, tratándose del alcalde socialista de la ciudad más poblada de Canarias, habiendo desarrollado una legislatura casi sin sobresaltos gobernando con un tripartito en circunstancias muy incómodas, dando muestras siempre de buen talante, dialogante, abierto a los pensamientos de los demás, cubriendo una temporada política donde Las Palmas ha vuelto a despertar con la inauguración del centro comercial Los Alisios, el Poema del Mar de Kiessling, y la sensación de que las series contradicciones que pudieran existir en tres partidos de izquierdas sobre las inversiones empresariales se han superado mediante el acercamiento y el consenso. Ha sido el propio Hidalgo el que puso como ejemplo su gestión para vender ante la opinión pública que un gobierno entre partidos de izquierdas es posible.
Recuerden que cuando se convocaron las elecciones a secretario regional del PSOE ya preguntamos: “¿Por qué no se presenta Augusto Hidalgo cuando de todos los candidatos posibles parece el de mayor fortaleza y el que mejor simboliza la renovación de un partido que necesita como nunca conectar con un electorado socialdemócrata y que exige cambios drásticos en lo económico”?… Y esa pregunta también la respondimos: “No se presenta porque no tiene equipo propio, no tiene un partido dentro del partido”. “El partido es en Gran Canaria de Chano Franquis y de Ángel Víctor Torres”, añadimos. Y eso fue exactamente lo que se demostró empíricamente en las jornadas siguientes: Ángel Víctor Torres es hoy el secretario regional, y Chano Franquis el secretario insular. Hubiera sido totalmente al revés si medios como el nuestro no contribuyesen al pensamiento de la ciudadanía y, obviamente, de los votantes socialistas, al colocar blanco sobre negro lo que supondría para la Renovación que Franquis, que lleva en el partido desde los 15 años, fuese el abanderado para toda Canarias del “rejuvenecimiento” de las ideas seculares de la izquierda menos radical. No pegaba ni con cola, y por eso pasó lo que pasó.
Pero lo que viene ahora es un poco más siniestro. Porque son justamente Franquis y Ángel Víctor Torres los que no apoyan a Augusto Hidalgo y esto ya son palabras mayores. Las dos personas que más poder tienen en estos momentos en el Partido Socialista Canario no mantienen una relación de entendimiento con el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, el representante institucional top del partido. ¿Cómo se explica esta extraordinaria cuestión? ¿Hay alguien en ese partido que esté pensando liquidar a Hidalgo de la candidatura próxima a Las Palmas de Gran Canaria o sólo se trata de discutirle para toda la vida que no tiene seguidores propios en el partido y nunca los tendrá? Algo así como que su poder es diferido, dependiente de otros, sin la suficiente autonomía personal y política, en manos siempre de los demás, que son los que realmente mandan en las cocinas, los “franquis” y los “torres”, que sin poseer dotes de líderes hechizantes y enamorables logran lo que quieren porque se levantan todos los días con un martillo en la cabeza.
Esto es lo que se dilucida ahora. Si el alcalde de Las Palmas capital logra la autonomía suficiente para conquistar la agrupación local de la ciudad que dirige, y quien se lo discute son precisamente los que en nombre de la renovación han “renovado” a Patricia Hernández (36 años) en Tenerife, y se han quedado con casi todo el poder a excepción justamente de la isla citada.
Da la impresión de que todo es poco. Todo es mucho pero no es lo suficiente. El Todo es absoluto, imperativo, no hay discusión alguna. Hidalgo no debe contestar a eso. Tal vez deba plegarse y actuar como un mueble. Entonces podrá volver a ser candidato a alcalde.
Es penoso que Franquis y Torres hayan ido a buscar a un candidato alternativo a Hidalgo. Se llama Miguel Ángel Pérez del Pino, y lo normal es que les suene de muy poco aunque actualmente ostente el cargo de Autoridad Única del Transporte en el Cabildo de Gran Canaria, o sea, tutelado y bajo las órdenes de Torres. Es un socialista de última hora, informático, y con apenas dos años en el partido. Sin duda alguien en quien confiar, alguien con la suficiente ambición para aceptar una extraordinaria manipulación de su conducta pública.
Todo esto que contamos aquí tiene una parte muy positiva. Hidalgo, al fin, está dispuesto a pelear y a ganar territorio en medio de tanta mezquindad y excelsa política reaccionaria. Tiene más apoyos de los que presume, más de que él cree. Nosotros le apoyamos. El Espejo piensa apoyar su trabajo, su candidatura, y su honradez, con la seguridad de que es lo mejor noticia que nos ha dado el Partido Socialista en Canarias en los últimos años. Tanto Franquis como Torres debieran estar en sus filas avalándolo y no dando esta tétrica impresión de viejos avaros en apuros. Yo, de los dos, lo pensaría y me daría la vuelta. Esto es un tsunami con respuesta eléctrica. Los socialistas no pueden dejar tirado al alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Se le enfrente quien se le enfrente, sea quien sea el que intenta quitarle su merecido protagonismo.
Si alguno de ustedes piensa en que las diferencias entre Hidalgo y Torres/Franquis están en el sometimiento que los segundos procuran sobre el primero, aciertan completamente. Sólo nos falta por saber en qué cosas Hidalgo se niega a colaborar.