Francisco J. Chavanel
Triángulo de fuego
El presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales, nos ha revelado el apocalipsis en el caso de que el Gobierno de Canarias y determinados Ayuntamientos -como el de Las Palmas capital- sigan adelante con sus planes de apoyar la instalación del aire propanado en las principales ciudades del Archipiélago. El profeta Morales ha descrito el futuro con la precisión de un relojero: “No quiero levantarme un día con la evacuación de miles de personas por un escape de gas como el de Londres”, dijo. “Las cocinas no están preparadas”, añadió. “Es un poder explosivo al incorporar ingredientes de deflagración capaz de generar un triángulo de fuego”. Triángulo de fuego, qué expresión más magnífica. El terror en su máxima representación. Fuego sobre el volcán, fuego en el cuerpo, fuego en tus ojos, fuego sobre Gran Canaria, y fuego en el incendio del pasado verano, en el que el Cabildo se despertó actuando tarde y mal.
Es como si el oráculo Elías volviese de su letargo en el Antiguo Testamento… Elías, enviado por Yahvé al maldito mundo profanado, desaparecido de él en un carro de fuego. Puede que Morales haya divisado parte de su inminente futuro si pierde las próximas elecciones, situación más que probable atendiendo a su mediocre gestión, y a las encuestas efectuadas por empresarios y algunos partidos que delatan una tendencia de Nueva Canarias hacia la depresión. Esa debacle sí la causaría el cansancio ciudadano harto de aguantar a políticos demagógicos e ineficaces que lo único que hacen es fastidiar el progreso de la isla con idearios impropios de los tiempos que corren. Eso sería “su” auténtico triángulo de fuego.
Vamos a lo fundamental. Morales ganó las pasadas elecciones por su brutal oposición al petróleo de Repsol que nunca existió, a sus promesas todavía no cumplidas sobre las renovables, a su guerra santa contra el gas y, sobre todo, a la figura de un Soria cainita y dolorosamente cruel con su tierra, y al estratégico error cometido apartando a Bravo de Laguna de la carrera electoral. Con Bravo presentándose por el PP ni Augusto Hidalgo hubiese sido alcalde de Las Palmas de Gran Canaria ni Morales presidente de la institución cabildicia. De modo que si algo sabe un profesional de la política como el que nos ocupa -oficio del que lleva viviendo desde la muerte de Franco- es de montar numeritos, algaradas y resistencias masivas para dar la impresión de que tiene los redaños suficientes para enfrentarse a los poderosos cuando no hay nadie más poderoso que él…, a ver quién es el guapo que tiene en los bancos 500 millones de euros cash completamente ociosos. Es un victimista de carrera cuyo negocio estriba en protagonizar el papel de David frente a un Goliat imaginario.
¿Defendiendo los intereses públicos frente a una política avalada por la Unión Europea?
En su amenazante discurso de ayer no se olvidó de decir la frase esencial: “Defenderemos el interés general contra aquellos que defienden el interés de unos pocos”. Yo no diría que 500.000 habitantes congregados en una sola isla constituyan una cantidad miserable. Redexus es una empresa privada que, en este supuesto concreto, cuenta con el apoyo logístico y económico del Banco de Inversiones Europeo (BEI), que es el mismo que apoya la Metroguagua en Las Palmas de Gran Canaria. No es nada fácil conseguir la atención del BEI. Hay que presentar un proyecto interesante, viable, fiable y en un lugar donde la población dependa totalmente del petróleo, la mayor energía contaminante que se conozca. Está la Unión Europea detrás, quien sufraga las subvenciones millonarias que reciben nuestros agricultores, ganaderos e industriales, quien sostiene en parte a los cabildos isleños en base a los proyectos -algunos muy discutibles- que presentan.
Y la UE hace tiempo que viene apostando por el gas como sustituto del petróleo. Una directiva europea urge a los barcos que transitan por sus aguas que dependan exclusivamente del gas, y otra directiva europea subvenciona la instalación del aire propanado para combatir las actuales y carísimas facturas. Así las cosas el aire propanado canalizado es más barato que el fuel y que el gas-oil, además de menos contaminante al emitir un 13% menos de desechos lanzados a la atmósfera que el citado fuel.
Y, luego está el calentón del Gobierno central. Da igual que en él esté el PSOE o el PP. La tomadura de pelo es la misma. Si el gobierno del Estado financia dos regasificadoras, con un coste total de 700 millones de euros, en las dos islas mayores, no es para hacerle la puñeta a Antonio Morales o al universo ecologista, es que sencillamente ese mismo Estado tiene que pagar 1.000 millones de euros todos los años a Endesa para mantener las actuales redes, una ruina en un territorio fragmentado como el nuestro. Es obvio que el Estado quiere ahorrarse un dinero extraordinario, como también es obvio que el gas es menos contaminante que el petróleo, o que las energías renovables -de las que Morales es su principal apóstol- apenas llegan al 8% del total, una cifra ridícula.
Gran Canaria hacia la marginalidad
El fracaso de Morales en este terreno es épico. No ha logrado inyectar ni un 0,0001% de renovables a la red. Lo ha fiado todo justamente a Red Eléctrica y esta empresa se ha encontrado con una empanada en las presas de Chira-Soria, con dudas muy serias sobre su resistencia cuando empiecen las obras. Es casi seguro que esta construcción no se iniciará en la presente legislatura, como tantas veces ha pregonado el flamígero presidente del Cabildo.
Es curioso cómo alguien que maneja un presupuesto de 850 millones de euros al año presume de víctima. De sus políticas no sabremos nada en cuanto a creación de empleo, arreglos reales de los problemas que tienen los ciudadanos. Sí sabemos de su numeroso pesebre, al que atiende primorosamente vía subvención, captación de votos, etcétera, de sus orgías económicas con el Sáhara y con otros pueblos de ideario comunista, sabemos, por supuesto, del derroche festivo que efectúa de los recursos públicos en propaganda y en callar bocas, y sabemos, sin duda alguna, que este líder de la ética no tiene problema en su conciencia para gobernar con tránsfugas, o sea, políticos abducidos por NC procedentes de otras organizaciones políticas.
Es un dictador como pocos en horas bajas. Ahora se prepara para otro de sus espectáculos. El fuego. El apocalipsis. Intentar por todos los medios danzar en torno a ese NO adversativo que tiene todo el rato en su boca para emprenderla con aquellos que crean empleo y riqueza. Buscando, claro está, que la gente vuelva a equivocarse, que lo acompañe en su cruzada, y él salvar la camisa, logrando lo que ha demostrado en esta legislatura: subsumir a Gran Canaria en el patetismo, camino de la marginalidad.