Lorena Rodríguez Afonso, responsable del Control de Calidad del Agua de Abastecimiento de Emalsa, detalla las inspecciones y mantenimientos que deben llevar a cabo los propietarios de los inmuebles.
El mantenimiento privado de los conductos y depósitos de agua es un elemento clave para preservar la calidad del líquido, y su mantenimiento corre por cuenta de los propietarios de los inmuebles, según señala la responsable del Control de Calidad del Agua de Abastecimiento de Emalsa, Lorena Rodríguez.
Estas instalaciones están constituidas por los cuartos de contadores, los aljibes y los depósitos, que desempeñan un importante papel en la calidad final del producto: “Emalsa suministra el agua apta para el consumo y para que no se vea deteriorada esta calidad es preciso un mantenimiento”.
Operaciones de mantenimiento
Recuerda que las operaciones reglamentadas en las disposiciones sanitarias en vigor incluyen una inspección visual de la instalación al menos dos veces al año, así como la desinfección de los bidones y aljibes una vez al año. Así se evitan filtraciones de agentes externos y el deterioro de las dispositivos. Este mantenimiento puede ser confiado a empresas especializadas que emiten un certificado del trabajo realizado.
Por su parte, Emalsa lleva a cabo la limpieza de los cincuenta depósitos de la red de Las Palmas de Gran Canaria y el despósito de Santa Brígida.
Dispositivos de depuración
Sobre los dispositivos que se comercializan para la depuración del agua del grifo, Rodríguez señala que el agua ya es apta para consumo sin que requiera tratamiento alguno, motivo por el que considera que estos instrumentos no son necesarios. Como consejo, recomienda llenar una jarra de cristal con agua del grifo y dejarla durante la noche en la nevera para que desaparezca el sabor a cloro.