José M. Arbelo, responsable de la unidad del centro, señala que aunque la enfermedad no se puede curar, los síntomas pueden controlarse.
Hospitales Universitarios San Roque participa en un proyecto clínico-quirúrgico “muy puntero y de lo más avanzado del mundo” para el tratamiento de la enfermedad, según señala el responsable de la unidad del centro, José M. Arbelo. El tratamiento consiste en la aplicación de electrodos dentro del cerebro de los pacientes para inhibir el exceso de sensibilidad, algo que disminuye el temblor y la rigidez, mejorando así la calidad de vida de los pacientes.
Controlar la sintomatología
El doctor Arbelo señala que los pacientes acuden al especialista cuando tienen síntomas motores, como dificultad para realizar tareas, movimientos incontrolados, temblor, etc. No hay cura para la enfermedad de Párkinson pero se puede controlar la sintomatología. Señala que hace pocos años había muy pocas posibilidades, pero hoy día hay pacientes que llegan a la consulta muy discapacitados y pueden ser recuperables, “es como si volvieran a nacer”.
Cada año hay unos treinta pacientes diagnosticados a los que se le aplica la medicación convencional para restituir el déficit de dopamina, que mejorarán los síntomas, pero a los diez años el 85% ya no responde a la medicación y presenta otro tipo de complicaciones, algo que puede combatirse mejor con la solución quirúrgica de Hospitales Universitarios San Roque.