Isabel Echavarría, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica, recuerda que los hábitos de vida saludable influyen más en el descenso de la mortalidad que los tratamientos.
Al menos un veinte por ciento de las personas que padecen un cáncer no fueron diagnosticados durante la primera ola de la pandemia de la covid-19, según datos preliminares de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Su secretaria científica, Isabel Echavarría, señala que para conocer los datos de todo el año habrá que esperar algún tiempo, pues aún tiene que conocerse cuántas personas han podido perder la oportunidad de curarse debido a la saturación de los centros sanitarios.
A este respecto, considera necesario un plan específico para recuperar el tiempo perdido y para que se pueda garantizar la atención en todos los centros hospitalarios: “No puede permitirse que vuelva suceder lo de sucedió en la primera ola, que se suspendieron consultas y tratamientos”. Se trata, dice, de una cuestión de recursos, pero considera necesario repartirlos, no sólo para los enfermos de cáncer, sino también para los que sufren otras patologías que requieren atención. Señala la necesidad de priorizar a los enfermos de cáncer en la vacunación debido a su mayor riesgo, en especial los que están en tratamiento activo o con tumores avanzados.
Una enfermedad en aumento
Recuerda que la incidencia del cáncer sigue aumentando poco a poco a nivel mundial y en España debido al incremento de la esperanza de vida y estima que esa será la constante de los próximos años. Se prevé que lo sufran uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres, pero se muestra esperanzada porque hoy se dispone de mayores probabilidades de supervivencia.
Hábitos saludables
Recalca que una de cada tres muertes se podría evitar si se limitara el consumo de alcohol, se evitara el tabaco, se practicara ejercicio y se siguiera una dieta equilibrada: “Es algo en lo que hay que seguir concienciando a la sociedad porque tendría más impacto que los tratamientos”.