Daniel María, técnico de la Unidad del Libro del Gobierno de Canarias, destaca la voz de resistencia de la literata grancanaria.
El Día de las Letras Canarias homenajea este año a la poetisa y narradora grancanaria Natalia Sosa Ayala (Las Palmas de Gran Canaria, 27 de marzo de 1938 – Ibídem, 13 de noviembre de 2000) , “una de las grandes figuras de la literatura canaria y autora de una obra poética y narrativa importantísima que se ha ido recuperando a lo largo de los últimos años”, según señala el técnico de la Unidad del Libro del Gobierno de Canarias, Daniel María.
La celebración del Día de las Letras Canarias se extiende a lo largo de todo el año, pero tiene en el próximo miércoles 24 de febrero uno de sus días grandes, cuando tengan lugar tres actos que se retransmitirán a través de las redes sociales. Se trata de una mesa redonda con jóvenes artistas a propósito de la influencia de la escritora, la presentación del libro ‘Soy éxodo y llegada’ y el acto institucional en el teatro Guiniguada de la capital grancanaria. ya en el mes de abril se publicará una revista que acoge un estudio de la vida y obra de Sosa Ayala y posteriormente se celebrará un curso exposición itinerante.
Daniel María destaca el importantísimo papel desempeñado por la doctora en Filología Hispánica, Blanca Hernández Quintana, en la divulgación de la obra de Sosa Ayala.
Una voz rebelde durante el franquismo
María afirma que la de Sosa Ayala es una “voz de resistencia”, el testimonio de una mujer que vivió fuera de la norma de su tiempo y que constituye una superviviente de esa época.
Como ocurre con la mayoría de las poetas, Natalia Sosa Ayala no fue una mujer al uso. Mujer, escritora y de convicción de izquierdas en la España franquista. Como apunta Blanca Hernández Quintana, doctora de Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, a propósito de una identidad perseguida “como a otras escritoras de la época, que tratan de crear su subjetividad a través de la escritura y van a contracorriente accediendo a un mundo, la cultura y la escritura, prohibidos para ellas”.
A pesar de aquel contexto en el que la educación de la mujer era orientada hacia la formación en las labores domésticas, Sosa Ayala logró publicar regularmente tanto en prensa escrita como en editoriales. También se sumergió de lleno dentro de la sociedad artística de la época. Durante su juventud viajó, trabajó, aprendió a hablar varias lenguas y fue autónoma económicamente. Nunca se casó, y dedicó sus 62 años de vida a la creación de una obra en la que la búsqueda de la identidad o el sentimiento de desolación ante la idea de saberse a contracorriente son temáticas constantes en sus escritos. A través de metáforas y lenguaje cifrado, la poeta logró expresar su mundo interno y convicciones pudiendo saltar con discreción la censura de la época sin ponerse en peligro.
La obra de Sosa Ayala abrazó todos los géneros literarios. Quizá la poesía fue, de todos, su arte más predilecto. Sin embargo, en su vasta producción literaria, encontramos artículos, crónicas, narrativa y una biografía. La autora se empapó del movimiento artístico de Canarias del franquismo. Pinito del Oro, Pepe Dámaso, Mary Sánchez, Orlando Hernández, Lucy Cabrera Ayala o Yolanda Graziani son algunos de los artistas con los que la poeta entabló amistad o colaboraciones artísticas a lo largo de su vida.
En los últimos años su figura como autora esencial canaria ha sido reivindicada a través de investigaciones como la de Blanca Hernández Quintana, quien conoció en profundidad a la autora y su obra.