La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria considera un avance la Ley de libertad sexual aunque reconoce que le falta "madurez y rigor jurídico".
La titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria, María Auxiliadora Díaz, señala que no es conveniente estigmatizar a los jóvenes respecto a sus actitudes hacia las mujeres, pues los jóvenes no son más que una parte de “una sociedad machista”: “No me gusta criminalizar a una parte de la sociedad. Nuestra sociedad es machista y los jóvenes son parte de la sociedad. Otra cosa es que a la gente le llame la atención que con la información hoy disponible se sigan manteniendo roles. “
Señala que las actitudes ante la violencia de género están muy enraizadas en la sociedad como lo demuestra el hecho de que en los medios de comunicación se ofrezca una imagen de las mujeres que son víctimas de agresiones como “chicas frívolas” y se sexualicen sus conductas. Se trata, indica, de una “violencia simbólica”: “¿Se ha visto alguna vez que tengamos todas las fotos de los hombres que mataron a mujeres el año pasado? El hombre siempre aparece al final, pero antes se dice que la mujer era conflictiva”. Afirma que muchas de estas actitudes no se soluciona prohibiendo, sino regulando algunos supuestos y, sobre todo, mediante la educación. Afirma que la violencia “no va a desaparecer de aquí a cinco años”.
Ley de libertad sexual
Díaz señala que en materia de normas sobre igualdad de género, España está entre los países más avanzados, “pero eso no basta, hay que saber aplicarla para que lo desigual se convierta en igual”.
Sobre la Ley de libertad sexual, adelanta que no va a cuestionar el informe del Consejo General del Poder Judicial, pero recuerda que la ley viene a cumplimentar el mandamiento del Convenio de Estambul sobre el consentimiento y la desaparición de la diferencia entre el abuso y la agresión sexual.
Señala que la norma se encuentra aún en trámite, lo que permitirá mejorar su redacción, ya que, a su juicio, “le falta madurez y rigor jurídico”. No obstante, indica que el “espíritu” de la norma es el mismo de otras similares aprobadas en países como Suecia y Alemania. Concretamente, señala que el “solo el sí es sí” puede interpretarse de muchas maneras: “El consentimiento tiene que ser expreso, pero en la práctica nos encontramos con ciertas fisuras, pero parece absurdo que tengamos que ir firmando a cada momento un consentimiento”.