El delegado del Gobierno en Canarias señala que actualmente hay 6.400 extranjeros bajo la responsabilidad del Ministerio de Migraciones.
El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, asegura que la gestión de la inmigración ha entrado en una fase de “mayor normalidad” tras las dificultades experimentadas en los últimos meses debido a la falta de infraestructuras.
Señala que hoy se puede contar con una red de centros de acogida que, aunque es “mejorable”, supone un importante avance con respecto a momentos anteriores. Asimismo, destaca que, en buena parte, se ha podido retomar las devoluciones de los inmigrantes a sus países de origen y se ha avanzado en las derivaciones a otros puntos del país.
Tal es así que actualmente hay 6.400 inmigrantes bajo la responsabilidad del Ministerio de Migraciones, 2000 de ellos residiendo en infraestructuras hoteleras y el resto en los distintos campamentos habilitados.
Derivaciones a la península
Insiste en las dificultades de la derivación, porque “nadie quiere tener cerca inmigracion irregular y ese es el gran hándicap”. En cualquier caso, señala que la solución no son las derivaciones a la península, “porque eso consolidaría a Canarias como lugar de entrada”. A su juicio, es preciso combinar el derecho al asilo, “que es lo que hay que reforzar”, con la gestión de la inmigracion económica, “que aunque nos pese, no es la que debe prevalecer”.
Llama a la “corresponsabilidad” de todos los países de la Unión Europea en la gestión de la inmigración, porque “no es justo que solo las zonas fronterizas se queden con la gestión de la inmigración”. Asegura que es precisa la solidaridad y un pacto por la inmigración “que centre las capacidades de la UE”.
Sobre los sesenta y cuatro inmigrantes que abandonaron el campamento de Canarias 50, en Las Palmas de Gran Canaria, Pestana señala que algunos han sido localizados y devueltos a sus lugares de origen o de tránsito. Apunta que si bien se registran algunos incidentes en los que hay involucrados inmigrantes, los mismos entran en el mismo ratio de altercados que son habituales entre la población local.