Llegó a Canarias con visado hace catorce años y, desde entonces, solo ha encontrado trabajos precarios y sufrido episodios de racismo y abusos laborales.
Elizabeth Sylva llegó hace catorce años a Canarias con un visado. Desde entonces ha desempeñado infinidad de trabajos como limpiadora, cuidadora de niños y de mayores, y otras tareas domésticas. Su vida no ha sido fácil, pues no pocas veces ha sufrido abusos laborales y alguna muestra de racismo. En el tiempo libre ayuda a los inmigrantes acogidos en el centro de Las Raíces en Tenerife.
Afirma que salió de Gambia para mejorar su vida y desde entonces ha estado “limpiando casas hasta el fondo”, aún cuando solo se la había contratado para cuidar a un niño. Es el sino de muchos inmigrantes, de los que se abusa laboralmente e, incluso, sufren el impago por su trabajo. No obstante, no se queja, pues afirma que la situación aquí es mejor que en Gambia, “donde tenía que aguantar muchísimas cosas”.
Solidaridad con sus “hermanos africanos”
En Las Raíces invierte su tiempo libre ayudando y haciendo comida para los inmigrantes, en un acto de “solidaridad con sus hermanos africanos”, aunque extiende la ayuda a cualquier persona, “sea inmigrante o no”. Afirma que en Las Raíces se pasa “demasiado frío, la comida es poca y es mala, diferente a la del país de origen del inmigrante y no están acostumbrados”. Apunta que los inmigrantes le dicen que se sienten mal cuidados.