Nisa Guede, responsable de explotación de la red de alcantarillado y estaciones de bombeo de Emalsa, detalla los distintos tipos de controles que impiden los colapsos y garantizan el tratamiento de los residuos.
Un trabajo sistemático garantiza el funcionamiento del sistema de depuración de agua en Las Palmas de Gran Canaria, según explica Nisa Guede, responsable de explotación de la red de alcantarillado y estaciones de bombeo de Emalsa.
Se trata de dos grandes bloques de trabajo: por un lado, las labores preventivas y, por otro, las orientadas a corregir los problemas que pueden producirse. Entre las primeras destacan los trabajos de inspección que ayudan a priorizar y determinar los trabajos, la limpieza de toda la red, que se realiza con camiones cubas y con herramientas específicas, y los trabajos de conservación. Todo ello está inserto en un sistema de telecontrol que permite detectar de forma temprana problemas en el sistema.
Guede señala que cada tipo de trabajo requiere de recursos especiales, incluyendo sistemas de visualización remotos para inspeccionar el estado del alcantarillado.
Tratamiento de los residuos
Un aspecto importante es el tratamiento de los residuos, que se realiza de forma específica dependiendo de cual sea su naturaleza. Para ello se dispone de máquinas para tratamiento, que se realiza ‘in situ’ en las estaciones de bombeo o en la propia depuradora, con el material que llega en los camiones cuba. Significativo es el trabajo de limpieza de los barrancos, donde es frecuente encontrar enseres y escombros que deberían estar en los distintos puntos limpios.