El arqueólogo y promotor del yacimiento cree que Antonio Morales ha puesto bajo su control el departamento de Patrimonio Histórico para que le beneficie personal y políticamente.
El arqueólogo y promotor del yacimiento de Risco Caído, Julio Cuenca, reclama una fundación pública para gestionar el espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A su juicio, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha maniobrado para poner la gestión bajo su exclusiva competencia con un ánimo de que le beneficie personal y políticamente.
Afirma que la concesión de la distinción por parte de la Unesco no es “un fin en sí mismo”, sino un medio para lograr la conservación eficaz y la divulgación de sus valores. Por eso, desde el organismo internacional se recomendó la forma de una fundación pública “apegada al territorio y en la que pudiera participar la sociedad”.
Cuenca considera que no es lo mismo gestionar Risco Caído desde el lugar en que se ubica, es decir, Tejeda y Artenara, que hacerlo desde la capital de la isla “a través de funcionarios que trabajan de 8 a 3”. Entiende que el lugar requiere de un gran centro de investigación en el que se ubique todo el personal de vigilancia, se organicen las visitas guiadas, etc.
Pero, por el contrario, el Cabildo ha decidido desgajar Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura, y lo ha adscrito a Presidencia, “algo que que no ha ocurrido nunca” y que Cuenca valora como “una maniobra de Morales para quedarse con el control absoluto de la gestión para que los beneficios y logros le beneficien personal y políticamente. Creo que es eso lo que ha pasado”.
El “ordeno y mando”
Se trata, señala de un “ordeno y mando” que se suma a otras situaciones similares, como el que los espacios naturales de la isla estén, en su opinión, “dejados de la mano de dios” o que la subida al Roque Nublo esté “llena de basura”: “El patrimonio hay que protegerlo”.
Un caso paradigmático lo supone, a juicio de Cuenca, el proyecto de la central energética de Chira-Soria, que constituye “una falta de respeto”. Recuerda que en el año 2010 se despojó a todo el barranco de Arguineguín de las medidas de protección argumentando intereses económicos por encima de los medioambientales “y nosotros creemos que no”.
Le da “mucho miedo” cuando oye hablar a Morales del modelo de ecoisla “porque es para poner los pelos de punta. La isla debe ser repensada y abandonar esta salida hacia adelante”.