El presidente de la Fundación Universitaria lamenta que haya "mucho discurso" pero pocas decisiones para crear entornos apropiados para el fomento del empleo juvenil.
El recién reelegido presidente de la Fundación Universitaria de Las Palmas, Carlos Estévez, afirma que el mayor riesgo que afronta la sociedad canaria es que sus jóvenes pasen de la actual situación de decepción a una de pesimismo.
Señala que se ha extendido entre la población una gran preocupación por el futuro: “Estamos muy preocupados, todavía andamos con muletas, pero andamos con una herida abierta y sangrante, que es el desempleo de los jóvenes”. Afirma que hay un grupo de jóvenes a los que se les ve “desanimados y decepcionados” porque echan en falta medidas para que ayuden a paliar sus problemas: “Hay mucho discurso [por parte de los dirigentes], pero ahí se quedan”.
“Se les ha vendido una historia falsa”
Considera que los jóvenes se han sentido engañados porque “se les ha vendido una historia falsa” cuando, en la anterior crisis económica, se les dijo que se formaran “y no sirvió para nada”: “La decepción fue enorme. Es brutal”.
Entiende que “con toda seguridad”, las próximas generaciones serán más pobres que lo que fueron sus padres, porque “el ascensor social ya no funciona”. Así, afirma que se deja a los jóvenes en una mera “situación de supervivencia”.
Para paliar esta situación, aboga porque las administraciones públicas creen “entornos favorables, de desarrollo y de prueba” que puedan contribuir a poner sobre la mesa y resolver la demanda social de empleo de los jóvenes.
Considera que, en este contexto, la industria del turismo es “fundamental”, pero se tiene que tener en cuenta su alta vulnerabilidad. Por eso, la Fundación Universitaria ha apoyado, desde el primer momento, la necesidad de formar a las nuevas generaciones que quieren desarrollar su vida profesional en el turismo.
Como estrellas de fútbol
A este respecto, Estévez recuerda que pusieron en marcha un programa por medio del cual los jóvenes estudiantes podían pasar una semana de navidad o verano en un hotel para que conocieran el funcionamiento de los distintos departamentos: “La universidad fue muy generosa y el programa fue un éxito”. Señala que, cuando un alumno era codiciado por más de una empresa, se le permitía que eligieran dónde querían ir: “Se sentían estrellas de fútbol”.