Pascual Calabuig, veterinario y técnico responsable del centro de recuperación de fauna silvestre de Tafira, señala que las treinta parejas existentes constituyen la mayor colonia del Archipiélago.
Los charranes comunes han vuelto a recuperar la bahía de Las Palmas de Gran Canaria gracias a un proyecto puesto en marcha por Pascual Calabuig, veterinario y técnico responsable del centro de recuperación de fauna silvestre de Tafira.
Los charranes comunes son aves marinas, de la familia de las gaviotas y que se caracterizan por su plumaje blanco y alas puntiagudas. Se las puede reconocer por su peculiar vuelo y la forma de lanzarse en picado para pescar en la zona de la avenida marítima de la capital grancanaria.
Calabuig señala que estas aves tienen mucho “genio” y defienden sus nidos “con uñas y dientes”. Precisamente, su nombre procede del peculiar ruido, un chillido, con el que ahuyentan a los que pretenden molestarlos. Con su peso de 200 gramos son capaces de atacar a las personas y causarle heridas.
Treinta parejas
El proyecto puesto en marcha de forma inicial por el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con la Base Naval de Las Palmas, permitió instalar en 2014 la primera plataforma para que las aves pudieran hacer sus nidos. Ahora ya hay veinte parejas.
A esto se sumó el interés del presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, por construir otras plataformas y así evitar que las aves anidaran en otros lugares del puerto. En una de las últimas construidas ya hay nueve parejas y el proyecto es seguir creando plataformas, “con un poco de imaginación y apenas gasto económico”.
En total, ya hay en la bahía más de treinta parejas, lo que constituye una de las mayores colonias del Archipiélago.