La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana pide seguir manteniendo los controles para no perder el buen momento turístico que vive el municipio.
La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Conchi Narváez, considera que aún no ha llegado el momento de preocuparse por el incremento de los casos de la covid-19, aunque llama a estar alerta para tomar cuantas medidas sean precisas para garantizar la seguridad.
Altos índices de ocupación
Indica que, actualmente, los establecimientos hoteleros de la zona turística observan un alto grado de ocupación que, en muchos casos, supera el 90%. Se trata de un registro superior al esperado y “una buena noticia para todos”. Destaca que estos buenos datos, junto al control de la pandemia, han permitido que el municipio comience a recuperar eventos como el Winter Pride de Maspalomas, celebrado entre el 8 y el 14 de noviembre, y que congregó a más de 20.000 personas, “lo que representa una importante promoción” para la localidad.
Afirma que el incremento de los contagios es “un riesgo que hay que asumir”, pues la enfermedad sigue ahí, por lo que es preciso no “bajar la guardia” y mantener los protocolos sanitarios. Así, si bien se observa un incremento de los contagios, “aún no estamos en un momento de preocupación, aunque sí debemos estar atentos”.
Imagen de seguridad de Maspalomas
A su juicio, durante la pandemia, Maspalomas ha dado una imagen de seguridad reconocida por los visitantes. Por este motivo, considera muy “dañinas” para el destino turístico las imágenes sobre algunos actos de violencia que han circulado en las redes sociales. Indica que se trata de hechos aislados, como lo demuestra el Winter Pride, en el que no se registró ningún incidente a pesar de la alta presencia de personas. No obstante, apunta que en momentos muy concretos, el municipio necesita de un refuerzo en los cuerpos de seguridad, motivo por el que ha pedido una reunión con la Delegación del Gobierno en Canarias.
Seguir adelante después de la ruptura del pacto
En otro orden de cosas, Narváez indica que el grupo de gobierno sigue adelante con su trabajo tras el cese de los concejales de Coalición Canaria. Señala que el consistorio debe seguir ofreciendo sus servicios tanto a los barrios como al motor económico de la localidad, que es el turismo: “Las dos cosas son muy importantes”.
Asegura que en el eje de esa balanza esta la plantilla de empleados públicos municipales, que es la que permite gestionar cada área, por eso no podía permitir un mal funcionamiento del área de Recursos Humanos, gestionada por el edil nacionalista Alejandro Marichal. De ahí que tuviera que llevar a cabo los ceses, pues “todos tenían que remar en la misma dirección y eso no fue así”.
“Vergüenza ajena”
Asegura sentir “vergüenza ajena” por las declaraciones del secretario general de Coalición Canaria en Gran Canaria, Pablo Rodriguez, a propósito de que la alcaldesa dejaba su trabajo en el consistorio a las dos de la tarde y no volvía hasta el día siguiente. Recuerda que, en ningún momento ha cuestionado las horas que los concejales dedicaban a su trabajo, sino “la falta de jerarquía y la lealtad”.
Señala que sigue trabajando sin miedo a una moción de censura, pero reconoce tener la “espinita” de que el pacto de gobierno no haya podido llegar hasta el final del mandato.