Francisco Domínguez, director de proyectos de DC Servicios Ambientales, explica la importancia de captar las frecuencias sonoras del fondo del mar para salvaguardar la biodiversidad.
La Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) acogió el pasado mes de octubre la conferencia “Observar el sonido del océano” convocada por el Observatorio Europeo Multidisciplinario del Fondo Marino y la Columna de Agua (EMSO) con el objetivo de informar y formar a la comunidad científica oceánica sobre los últimos avances en la detección y el control del sonido subacuático con fines medioambientales e industriales.
Las dificultades de escuchar el mar
La creciente necesidad de observar y monitorear el sonido submarino con fines ambientales e industriales se enfrenta a las dificultades propias del medio, que exigen receptores de sonido y los altos costos de adquirir una resolución espacio-temporal representativa y útil, según señala Francisco Domínguez, director de proyectos de DC Servicios Ambientales. Este reto exige soluciones rentables que deben abordar toda la cadena de adquisición, desde los sensores hasta las plataformas de observación, la comunicación, el procesamiento y la entrega de datos.
Información para salvaguardar la biodiversidad
El sonido submarino puede proporcionar información útil para la evaluación de las poblaciones de mamíferos marinos, la detección de zonas de reproducción de peces, la detección de filtraciones de gases procedentes de oleoductos y del almacenamiento de carbono en aguas profundas, la gasificación de clatratos de metano, las condiciones meteorológicas adversas, la detección de eventos sísmicos de baja frecuencia, el agrietamiento del hielo, la tomografía de la velocidad del sonido en la cuenca oceánica y la comunicación acústica.
Durante la conferencia se abordaron temas como el ruido antropogénico y otros sonidos ambientales, acústica, acústica para el estudio de la geofísica marina, bioacústica, tecnologías para la observación del sonido submarino, desde la adquisición de datos acústicos hasta los productos, campos sonoros en puertos y otros espacios restringidos, dispositivos de observación acústica y buques autónomos de superficie, observación de la actividad de forrajeo de los cachalotes abisales.