El coordinador de la comisión de suicidios del colegio oficial de psicólogos de Santa Cruz de Tenerife se muestra muy crítico con el plan de prevención del Gobierno canario: "Insuficiente, inespecífico y sin dotación presupuestaria".
El coordinador de la comisión de suicidios del colegio oficial de psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, Felipe Lagarejo, considera que no se está haciendo “absolutamente nada” por evitar los suicidios, como a su juicio lo demuestra el hecho de que, año tras año, no mejoren las cifras de personas que deciden quitarse la vida.
Lagarejo considera que el suicidio se puede prevenir, como se deduce de muchos estudios empíricos y de los programas que se han puesto en marcha en algunos países, con reducción de hasta el 30% en la tasa de suicidios.
Un hecho multicausal
El hecho de quitarse la vida, dice el experto, responde a una multitud de causas, lo cual obliga a enfocar el problema desde una perspectiva multidisciplinar, articulando planes de prevención que sigan el modelo de lo establecido por la Organización Mundial de la Salud.
A partir de ahí, cada país hace su traducción a estrategias concretas que se adapta a sus circunstancias y sus recursos. La primera estrategia y de obligado cumplimiento, señala Lagarejo, consiste en la sensibilización de la población, con campañas para que todas las personas entiendan bien qué es el suicidio y se pueda afrontar como cualquier otro problema. La segunda, no menos prescindible, es la formación en suicidio de los los intervinientes con estas personas en todas las áreas sociales.
Un “disparate” relacionarlo solo con la pobreza
La importancia de la formación se sigue del hecho de que uno de los componentes del suicio es la tristeza y la desesperanza que produce el estado de sentirse abandonado, por eso es importante, señala Lagarejo, que las personas que intentan quitarse la vida sepan que su problema no es único y se puedan sentir más acompañados y protegidos.
El experto considera “un disparate” decir que el sucicio proviene exclusivamente de la situación de pobreza que se padece, pues se trata de “mucho más factores en el que la pobreza puede jugar un papel”. Los principales factores de riesgo, indica, es haberlo intentado con anterioridad y tener un trastorno mental, a los que se suman, de forma secundaria otros factores concomitantes. Estos factores pueden atenuarse, o contrarrestarse, con los denominados factores protectores, como son las habilidades que se posean, las capacidades para resolver problemas, las creencias religiosas, etc.
“Insuficiente, inespecífico y sin dotación presupuestaria”
Lagarejo considera que como no puede responderse al suicidio es con un plan como el diseñado por el Gobierno canario, porque, en su opinión, es “insuficiente, inespecífico y sin dotación presupuestaria”. A esto se suma que no se ha consultado al Colegio de Piscólogos, “que algo tendremos que decir”. Además, no se ha incrementado el número de psicólogos en los servicios de salud, aún cuando España, y Canarias, tienen las tasas más bajas: “Entonces, ¿Para qué sacan un plan de prevención?
Considera que es un error que cuando se produce un intento de suicidio se traslade al paciente a los servicios de urgencia y de allí salga con la indicación de que visite a su su médico a su cabecera para que le dé cita para salud mental, “que puede tardar entre uno y tres meses. Es absurdo”.