La apicultora palmera ha perdido diez de las doce colmenas que gestionaba debido a la ceniza y los gases producidos por el volcán.
Vivir de las abejas ya es una tarea difícil, pero esta se complica si, como en el caso de Jésica Díaz,. esta labor tiene que realizarse en las cercanías de un volcán en erupción.
Inmediatamente después de que surgiera la erupción, tuvo que ser evacuada, junto a su familia, de su vivienda en La Hondilla, y ahora vive en una caravana en una zona en la que se ha habilitado agua y luz. Espera volver a su casa en breve, una vez se disipen los gases que afectan a la zona.
Va a ser difícil, señala, recuperarse de los daños provocados por el volcán, porque se han muerto muchas abejas por la ceniza y por los gases. Así,d e las doce colmenas que gestionaba, tan solo quedan dos.
Aún tardarán años en recuperarlas, algo que no va a ser fácil, “pero con esfuerzo y con trabajo, lo sacaremos adelante”. Para ello cuenta con el aliciente de que, el pasado cinco de noviembre fue premiada con la Gran Celdilla de Oro del concurso de mieles de canarias, partida que fue envasada en la empresa mieles Tagoja en junio del año pasado.