El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria hace un amplio repaso de su primer año al frente de la institución educativa.
El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Lluis Serra Majem, considera que uno de los puntos débiles de las instituciones universitarias españolas, en general, y de la grancanaria, en particular, es el poco peso de la investigación: “Hay un porcentaje muy alto de la comunidad que no investiga”.
Señala que una de las razones, aunque no la única, es que el presupuesto está concebido para pagar la actividad docente, pero no la investigación, algo que viene motivado por las partidas nominadas que el Gobierno aporta a cada una de las dos instituciones canarias. Por ese motivo, la investigación, a diferencia de la docencia, ha de buscar sus recursos de manera competitiva y casi siempre en el sector privado, lo que dificulta su desarrollo.
Estudios de medicina en la privada
Algo similar sucede con los estudios de Medicina a los que aspiran las universidades privadas. Serra Majem quiere ser muy claro en expresar la idea de que no tiene nada en contra de que las universidades privadas impartan la carrera, pero considera que es preciso pensar en la situación en que quedarían las universidades públicas si tienen que competir con las privadas por atraer a los docentes y porque sus alumnos puedan realizar las prácticas incluso en los centros públicos, algo que considera “muy vergonzoso”.
El rector considera que las universidades públicas no podrán competir con las privadas en recursos y esto repercutirá en un deterioro de la enseñanza que se imparte en centros cuyo presupuesto depende, en gran parte, del dinero que aportan las administraciones.
Señala que la ULPGC comenzó aceptando tan solo cincuenta alumnos en la facultad de Medicina, lo que la convertía en algo elitista y, también, en una de las mejores de España. Ahora acepta 135 cada año, una cifra similar a la de la Universidad de La Laguna. Se trata, señala, de una cantidad insuficiente, porque solo son 270 cuando el Servicio Canario de Salud (SCS) reclama 410 cada año. Por ese motivo han abordado con el director del SCS, Conrado Domínguez, la posibilidad de incrementar esa cantidad en cincuenta alumnos por universidad y año.
La tentación de arrojar la toalla
Serra Majem, que reconoce que, en alguna ocasión, y ante el ingente trabajo, ha pensado en arrojar la toalla, señala que en la universidad hay muchas inercias inercias, clientelismos e intereses electorales, algo que dificulta su desarrollo. Considera que lo más importante es priorizar, “porque cada uno cree que lo suyo es lo más importante”.
Tiene un empeño personal en un ambicioso proyecto de digitalización que pretende ahorrar costes y ganar en eficiencia en la universidad, así como confía en que la llegada de fondos europeos pueda repercutir en transformaciones de interés para toda la sociedad y también para las universidades. A este respecto, afirma sentir preocupación “por el crecimiento de una deuda que habrá que pagar”.