La presidenta del club de arrastre La Caldera y de la asociación nacional de criadores de bovino autóctono canario, afirma que el deporte requiere de una íntima integración entre la persona y el animal.
La presidenta del club de arrastre La Caldera y de la asociación nacional de criadores de bovino autóctono canario, Luisa García, considera que el mayor problema al que se enfrenta este deporte tradicional es el del relevo generacional, algo que afecta a toda la actividad agraria y ganadera: “Hay personas con muchas ganas, pero no se dan las condiciones”.
Cariño y dedicación
Veterinaria de profesión, García entró en contacto con ganaderos que mantenían reses autóctonas y que participan en algunas exhibiciones “y así comenzaron a implicarme”. Señala que es una actividad que lucha por defender la raza y recuperar una tradición en la que no hay ningún tipo de maltrato: “A los animales se les trata con cariño y dedicación”.
Personas y animales, deportistas
Señala que cuando llegó a ese mundo no había mujeres en ninguna de las facetas, algo sorprendente cuando “la mujer siempre ha estado presente en el mundo rural”. Defiende la perfecta capacitación de las mujeres para esta práctica, que supone una unión entre la persona y el animal y sobresale por la destreza que se necesita, “tanto las personas como los animales, ambos son deportistas”. Se trata de un proceso de integración que se consigue con el entrenamiento.