El director del Hospital ICOT Ciudad de Telde detalla los servicios de un centro pionero en tratar las secuelas de esta grave enfermedad.
El director del Hospital Icot Ciudad de Telde, José María Cabrera, se muestra orgulloso de logros nada fáciles de alcanzar: que vuelva a caminar el ochenta por ciento de las personas que han sufrido un ictus y que el cincuenta por ciento pueda comer por sus propios medios. La satisfacción es aún mayor si se piensa que, antes de la apertura de ese centro, no existía en Canarias un servicio de esa características, por lo que los pacientes de esa grave enfermedad tenían que viajar a la península o bien resignarse a no tener ningún tratamiento de rehabilitación.
Tratamiento intensivo para recuperar la autonomía
Para atender esta demanda, el Hospital Icot Ciudad de Telde cuenta con veintiséis camas hospitalarias dedicadas al ictus, de las cuales la administración pública tiene concertadas cinco. El problema, señala Cabrera, es que son muchas las personas que requieren un tratamiento intensivo para recuperarse de las secuelas de un ictus.
Para este tratamiento se precisa de cuatro técnicos de alta especialización, un buen número de auxiliares y una maquinaria muy cara, que se traduce en un coste de unos cien euros por paciente y día, a razón de cuatro semanas de tratamiento con evaluaciones continuas. Para Cabrera, en ningún caso podría hablarse de un tratamiento caro, pues “cabe preguntarse en cuánto podemos valorar el no depender de otra persona”.
La clave es el tiempo
Señala que para el éxito es de trascendental importancia actuar cuanto antes, pues es cuando mayor probabilidades existen de que el paciente recupere la mayor funcionalidad: “La clave es el tiempo”, porque el tratamiento intensivo tiene un límite temporal y no se puede llevar a cabo con éxito en cualquier momento.