Dos economistas de la ULPGC señalan que se trata de un efecto muy habitual cuando se analizan este tipo de subvenciones, que solo parcialmente llegan al consumidor.
Los profesores del del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Luis Jiménez y José Manuel Cazorla, junto a Jordi Perdiguero, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, han realizado un estudio que demuestra que buena parte del descuento de 20 céntimos en el precio de los hidrocarburos, decretado por el Gobierno central, no están llegando al consumidor.
Bajo el título “El efecto del descuento de 20 céntimos sobre los precios de gasolinas y diésel en España”, recuerdan que según el decreto, las estaciones pertenecientes a empresas con capacidad de refino en España (Repsol, Cepsa y BP), que además son las de mayor presencia en el país, deberían descontar 5 céntimos mientras el Estado aportaría los otros 15. Para las otras estaciones, el descuento sería íntegramente cubierto por fondos públicos (20 céntimos).
Los autores han analizado un panel de datos de precios medios semanales de la gasolina 95 y diésel, tanto antes como después de impuestos, desde la primera semana de enero de 2022 hasta la segunda de mayo. A partir de ahí, se pudo comparar el comportamiento de los precios en España con respecto a otros países que no hubieran aplicado ninguna medida.
Apropiarse de las subvenciones
Su conclusión indica que “los precios medios en España aumentaron tras la política en, aproximadamente y en media, 5 céntimos. Concretamente la gasolina 95 incrementó 2,7 céntimos de euros antes de impuestos y 3,7 después de impuestos; y el diésel aún más, llegando a 4,1 y 6 céntimos de euro antes y después de impuestos, respectivamente”.
Jiménez, Cazorla y Perdiguero señalan que establecer un subsidio ha permitido a los productores de hidrocarburos apropiarse de una parte de los mismos, debido a que el mercado tiene problemas de competencia en todos los eslabones de la cadena productiva y a que la demanda es inelástica, por lo que la rebaja no se ha trasladado a los consumidores; además hay que contar con el coste medioambiental, al incentivarse la generación de emisiones contaminantes.