El nuevo presidente de la Cámara de Comercio aspira a pasar de la gestoría a la consultoría con los fondos Next Generation.
El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Luis Padrón, aborda los próximos cuatro años de mandato con la idea de que la institución se convierta en un centro que promueva la economía y el negocio: “La tarea es darle oxígeno a la economía de nuestra isla”.
Con el respaldo unánime de los asistentes a la asamblea, Padrón considera que ha formado un equipo muy compensado en el que están presente todos los sectores económicos que abarca la Cámara. Para lograr los objetivos dispondrá de un presupuesto de 3,5 millones de presupuesto y treinta empleados.
Capacidad de gestión
Padrón señala que la Cámara ha demostrado, en el último año, una gran capacidad para gestionar fondos públicos y hacerlos llegar a las empresas. Gracias a la decisión “valiente” del Gobierno canario, pudieron gestionar los cerca de 1500 millones de euros de fondos extraordinarios para compensar las pérdidas por la covid-19: “Fue un récord que se llevó a cabo en tres meses”, afirma Padrón, que recuerda que la institución fue premiada a nivel nacional cuando otras comunidades tuvieron que devolver dinero por falta de gestión.
De la gestoría a la consultoría
Considera que, tras mostrar esta capacidad, la Cámara está preparada para pasar de la gestoría a la consultoría con los fondos europeos Next Generation. Se trataría de que la institución pudiera dar su opinión sobre los proyectos. A este respecto, entiende que para que sean de provecho para la economía canaria, los proyectos deben orientarse a sectores estratégicos y de futuro, que pasan por las energías renovables, la digitalización y el transporte ecológico.
Una economía más abierta y con menos burocracia
Apunta la necesidad de que la economía grancanaria sea más abierta, tanto por la vía de que las empresas salgan de nuestras fronteras, como por la de ser capaces de atraer inversión extranjera. A propósito, considera necesario que la burocracia no suponga un obstáculo para los proyectos, “pero siempre cumpliendo la ley”.
Insiste en la necesidad de leyes más claras y simples que no compliquen la inversión, como ha sucedido con el proyecto de parque acuático de Siam Park en San Bartolomé de Tirajana.