Magdalena Piñeyro, licenciada en filosofía y máster en teoría feminista es la confundadora de este red que se orienta a concienciar a la sociedad de esta forma de discriminación.
La cofundadora de la página Stop Gordofobia, licenciada en filosofía y máster en teoría feminista, Magdalena Piñeyro, afirma que, desde la infancia, y debido a que su peso difería de los estándares, sufrió siempre por su cuerpo. Reconoce que siempre pensó que era responsable del sobrepeso y que tenía que cambiarlo. Pero, hablando con otras personas gordas se dio cuenta de que era la sociedad la que tenía que cambiar, “porque nos discrimina basándose en mitos y prejuicios”.
Tres dimensiones del estigma
Indica que esta discriminación tiene tres dimensiones: estética, sanitaria y moral. La estética se refiere a la consideración de la gordura como algo feo y antitético de los estándares de belleza. La dimensión sanitaria se produce cuando se contempla la gordura como una enfermedad, como si las personas gordas fueran “una bomba de relojería” porque se parte de la premisa equivocada de que todas las gorduras tienen el mismo origen. La discriminación moral reside en entender que las personas gordas son descuidadas y descontroladas.
Sensibilidad, difusión y compañia
A su juicio, es necesario abordar este problema en el sistema educativo, trabajando desde los colegios para concienciar de esta forma de discrimación que tiene enormes efectos sobre la salud y el bienestar, llegando a provocar episodios de bullying, ansiedad o trastornos de la alimentación: “La sensibilización es tremendamente importante, pero también las políticas públicas”.
Para combatirla, Stop Gordofobia trabaja a través de las redes sociales con campañas fotográficas y difundiendo otros modelos corporales, así como denunciando las discriminaciones y llevando a cabo críticas de las leyes o de las campañas contra la obesidad que entienden como gordofóbicas. No menos importante, afirma Piñeyro, es prestar compañía a las personas que sufren este estigma.