El exvocal del Consejo General del Poder Judicial y exmagistrado del Tribunal Supremo apunta al Parlamento como la institución que está “obligada” a renovar los órganos judiciales.
Rafael Fernández Valverde, exvocal del Consejo General del Poder Judicial y exmagistrado del Tribunal Supremo señala que “ha habido un intento de degradación del poder judicial” que considera “manifiestamente injusta”. Se ha intentado “denigrar” a los jueces, dice, aunque no lo han conseguido. “Lo que se produce es un manoseo por parte de otros poderes del Estado al poder judicial”, lamenta.
Fernández Valverde, que ahora ejerce como abogado, reconoce que “cuando un país se encuentra en crisis, la ciudadanía mira hacia el poder judicial”, pero cree que “no es justo el trato que se le ha dado por parte de otros poderes”. A su juicio, ha sido el Parlamento el que “lleva incumpliendo cuatro años la renovación” de los jueces. “Es un manoseo que excede de la crítica de carácter jurídico, lo de fachas con toga es algo que no es de recibo, aunque no va a afectar a la capacidad de decisión e independencia de los jueces”.
Por eso, continúa, “yo no critico ni al PSOE ni al PP, yo critico al Parlamento español que es el que tiene la obligación cada cinco años de elegir a diez señores, por un lado, y diez por otro… No pasemos el problema al poder ejecutivo o a los partidos. Centremos el problema, que es institucional, en el Congreso y en el Senado”.
Conservadores y progresistas
En su opinión, calificar a los jueces de conservadores o progresistas creyendo que eso afecta a su criterio profesional es “manifiestamente injusto”. Cada uno tiene su forma de pensar, pero a medida que se avanza en la vida de juez se es más escéptico. Yo he estado mucho tiempo en el Supremo con sentencias de temas muy sensibles como medioambiente o extranjería. Cuando dicen ‘usted es conservador’ me pregunto si ha leído mi jurisprudencia en medioambiente o extranjería”.
Fernández Valverde cree que hay que normalizar que los jueces tengan sus sensibilidades, en Estados Unidos, recuerda, es habitual llamar conservadores o progresistas a los jueces, pero “lo importante es que actúen y resuelvan interpretando de forma lógica, motivada y no arbitraria lo que dice la norma jurídica”.
El modelo de los jueces decanos
Fernández Valverde, que es el juez que más tiempo ha estado en poder judicial, trece años, también señala que puede que haya decisiones que “no se pueden entender cuando se adoptan, pero hay que ver a futuro”. Y en este sentido tiene la sensación de que la tensión entre poderes en este momento es una “situación complicada y peligrosa de cara al futuro”. Y defiende la organización interna de los jueces, poniendo de ejemplo la elección de los decanos, que con independencia de su tendencia o sensibilidad, se eligen en función de que sepan gestionar. “Yo puedo asegurar que jamás va a haber una crítica al decano porque van a elegir a quien sabe mejor cómo se hace el reparto de asuntos, y eso es trasladable a un órgano superior como el Consejo General del Poder Judicial”.
Trámite de urgencia
Sobre las enmiendas de las que el Constitucional suspendió su votación, Fernández Valverde considera que es un procedimiento legítimo cuando se trata de cuestiones de “suma urgencia”, porque se aprovecha “cualquier ley” para aprobarla, como en un caso de inundaciones, pone de ejemplo. Y siempre será un procedimiento mejor que el decreto ley, añade.
“Pero aquí se pretendía aprovechar para algo que no parece correcto, una modificación del sistema de funcionamiento de uno de los poderes del Estado” y señala que cree que esta “no es forma de tratar” tal asunto, “por simple cortesía parlamentaria debiera ser una proposición o, lo más razonable, un proyecto de ley”. Por eso considera que no era “estético” y que la decisión del Constitucional de suspender la tramitación “ha sido razonable”.