La alcaldesa de Mogán afirma que el proyecto ha superado todas las objeciones medioambientales y que los técnicos que lo han aprobado son "tan sensibles" como los ecologistas acampados.
La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, reitera su apoyo a la central hidroeléctrica de Chira-Soria pues, a su juicio, no solo beneficiará a la penetración de las energías renovables en Gran Canaria, sino también al riego agrícola en la zona del barranco de Arguineguín.
Rechaza las críticas ecologistas al proyecto, porque asegura que en Chira-Soria se han adoptado las medidas compensatorias necesarias para superar las objeciones del informe de impacto medioambiental.
“Si queremos avanzar, algo tendremos que sacrificar”
Recuerda que toda obra produce algún tipo de impacto visual, hasta la construcción de una carretera: “Si queremos avanzar, algo tendremos que sacrificar”. Añade que los técnicos medioambientales que han dado el visto bueno a este proyecto son tan sensibles como los ecologistas que están acampados en el barranco en protesta por la obra.
Apunta que la coincidencia en la defensa de este proyecto, así como que ella ha decidido adoptar “un perfil más bajo” para no generar “guerras en vano”, ha ayudado a normalizar la relación con el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales.
Presupuesto de 48 millones
Bueno se muestra satisfecha por la aprobación, la pasada semana, del presupuesto del Ayuntamiento de Mogán, que asciende a 48 millones de euros. Señala que la partida económica incluye dos préstamos para pagar sendas expropiaciones realizadas en los años noventa del siglo pasado.
Reconoce que el nivel de inversión de las cuentas del próximo año no es tan alto como le hubiese gustado, debido a algunos ajustes que ha sido preciso llevar a cabo en este ejercicio. Recuerda que en el ejercicio que está a punto de finalizar se alcanzó un nivel de ejecución del 82%.
Habilitados nacionales
Sobre la polémica por la fiesta organizada en el curso de un congreso sobre habilitados nacionales en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, Bueno, que evita entrar en los detalles concretos, apunta que los habilitados nacionales no tienen la última palabra en toda la actividad administrativa: “Todas las funciones están tasadas y cada uno debe sujetarse a ellas sin extralimitarse, que es lo que está sucediendo en muchos casos”.
Asegura que el problema es que cada alcalde va “por libre” y no hacen causa común contra determinadas prácticas.