Santi Falcón, representante del humorista durante 31 años, destaca la independencia y bonhomía del artista.
La muerte del humorista Manolo Vieira, acontecida de forma inesperada en la tarde noche de este miércoles, ha dejado a la sociedad canaria en estado de shock. Su representante durante los últimos treinta y un años, Santi Falcón, señala que la muerte fue completamente inesperada, pues si bien había venido padeciendo algún malestar en las últimas semanas, no se esperaba el desenlace fatal.
Indica que cuando lo vio este miércoles al mediodía, lo encontró inquieto y le dijo que se encontraba mal, motivo por el que lo trasladaron al hospital, donde comenzaron a hacerle unas pruebas. Falcón señala que, en vista de que no parecía nada grave, volvió a sus asuntos cotidianos, sin saber que, a las pocas horas, recibiría una llamada diciéndole que el humorista estaba sufriendo un fallo multiorgánico y que su vida corría peligro: “Nos quedamos en estado de shock. No ha estado para irse hasta que se fue”.
Como la Coca-Cola
Falcón comenzó a trabajar con Manolo Vieira en el año 1992, cuando el humorista lo llamó para decirle que necesitaba alguien que le organizara el trabajo. El productor recuerda que Vieira le dijo: “Yo soy un producto como la Coca-Cola y necesito que me pongan en la estantería para que me vean”. Recuerda que el humorista era antes más caótico, pero juntos lograron mejorar “el producto” y ponerlo en valor, “con todas las peculiaridades, porque Manolo gobernaba su vida”.
El productor considera que la sociedad ha sido justa con Manolo Vieira, mostrándole su apoyo y admiración. Llama a no pensar que la única justicia y el único reconocimiento procede de las administraciones: “El artista que solo vive de esas apetencias termina en la melancolía”.