Benjamín Ballesteros, director de Programas de la institución, indica que los estudios destacan el incremento de los casos de violencia y de salud mental.
Las llamadas por caso de suicidio batieron rércod en el año 2022, según el informe de la Fundación Anar, cuyo director de Programas, Benjamín Ballesteros, señala que nunca en los veintinueve años anteriores se había producido un hecho similar.
Los números, indica Ballesteros, son «muy preocupantes». El año pasado, fueron atendidos 17.896 casos de menores que estaban sufriendo algún tipo de circunstancia grave y, entre ellas, la que más destaca es el incremento de casos de salud mental.
Violencia y salud mental
Entre estas últimas, la cifra aún más preocupante es la de las conductas suicidas, con 4.554 casos, de los cuales 1.275 ya habían iniciado la tentativa de suicidio. Se trata de unas cifras que no se habían alcanzado en los 29 años anteriores.
El estudio realizado por la Fundación muestra que estos casos obedecen a dos grandes bloques. Por un lado, los casos de violencia intrafamiliar, violencia machista, agresiones extrafamiliares, principalmente a través del ciberacoso. Por otro lado, el de la salud mental, un fenómeno que ha crecido mucho, con 12.408 llamadas por autolesiones y otros trastornos, como el de la conducta alimentaria.
Aprender a detectar las señales
Ballesteros recuerda que nadie es culpable de los casos de suicidio, pero es preciso aprender a detectar las señales, como las autolisis, el hecho de que haga expresiones que se refieran a acabar con su vida o se siga casos de suicidios en las redes sociales, así como cambios bruscos en el ánimo. En todos estos casos, puede ser necesario recurrir a profesionales.