El coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife afirma que a los políticos «se les llena la boca» pero no ponen recursos.
El coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, Felipe Larajero, afirma que los últimos gobiernos españoles, «sean del color que sean» no han hecho práctiamente nada por la prevención y el tratamiento del suicidio, lo cual, a su juicio, es «inexplicable».
El pasado año 4.700 personas se quitaron la vida en España, una cifra en aumento que se explica porque «no hay campaña de prevención, porque ningún gobierno ha hecho prácticamente nada porque no tienen conciencia» y asegura que «es uno de los misterios más grandes que puede tener la sociedad». Afirma que a todos se les llena la boca diciendo que abogan por la salud pública «pero no ponen psicólogos» en los servicios de salud.
Teléfono 024
Sobre el funcionamiento del Teléfono 024 de prevención del suicido, Lagarejo señala que son muchos los profesionales que tienen dudas sobre su funcionamiento, porque desconocen si los que lo operan son personas con los conocimientos adecuados «o bien solo lo ponen para hacer la presentación ante los medios y no lo dotan de recursos. Y los profesionales acaban marchándose».
Considera que, en cualquier caso, es insuficiente, porque de nada sirve la detección temprana si después se les presta una atención insuficiente, con citas demoradas hasta seis meses, dependiendo del municipio en el que resida.
Un «trámite burocrático»
Además, cuando los atiende, es por veinte minutos y para «llenarlo de pastillas», porque el sistema de salud «está muy escorado a los medicamentos». Lagarejo afirma que eso no es una atención real y efectiva, sino «un trámite burocrático».
Afirma que la solución pasa por dejar el tema en manos de profesionales y sacar el suicido de salud mental, porque el problema es mucho más amplio. Asimismo, considera que se requiere una mejor formación de la psiquiatría hospitalaria en esta materia e incorporar psicólogos a la sanidad pública porque el ratio actual en España es «ridículo».