Ariadna Torrijos Hernández, miembro del comité de compliance en el sector educativo de la World Compliance Association, nos habla de las buenas prácticas y retos para las escuelas en torno al fomento de la resiliencia.
El «compliance» o «cumpliento normativo» es una estrategia que, desde hace años, se viene aplicando en el mundo empresarial, algo que a Ariadna Torrijos, miembro del comité de compliance en el sector educativo de la World Compliance Association, le parece algo limitado, porque la idea es de mucha utilidad en otros sectores, como el educativo.
Ariadna Torrijos es la autora de la ponencia «Compliance en el sector educativo: un gran impacto positivo» impartida en la 8ª edición del Congreso Internacional La Palabra en la Educación, buenas prácticas y retos para las escuelas en torno al fomento de la resiliencia.
Señala que con «compliance» nos referimos al establecimiento de un sistema de gestión de riesgos, identificándolos y buscando estrategias para mitigarlos. Apunta que este conjunto de ideas y prácticas es aplicable a diferentes sectores, no solo el empresarial, sino también a ámbitos como el de las instituciones educativas.
Instituciones responsables
El sistema tiene como fundamento la identificación de la normativa, ya sea la legal en la que se enmarca la actividad, como las que se imponen los propios centros educativos libremente. A partir de ahí, se idean estrategias para garantizar el cumplimiento, de tal forma que los agentes y, sobre todo, los padres puedan estar seguros de que dejan a sus hijos en instituciones responsables.
Afirma que este sistema se está implementando ya en muchos centros escolares, principalmente centrados y concertados, aunque tendría un importante impacto en la educación pública.
«Politización» del sector público
Sin embargo, señala Torrijos, la «politización» de la educación pública, sometida a los continuos vaivenes electorales, está haciendo que esta filosofía encuentre obstáculos, aún cuando debería ser el sector público «el que tomara la iniciativa para dar ejemplo a los demás».
La experta nos detalla en esta entrevista todos los beneficios que puede aportar a los diferentes agentes que participan en el proceso educativo. No solo a los padres y a los propios alumnos, sino también a los docentes y sindicatos que participan en la comunidad educativa.