Las de la isla de Tenerife están a una capacidad del 32 por ciento, mientras que las de Gran Canaria solo alcanzan el diez por ciento.
Las balsas de Canarias están en sus mínimos debido a la sequía y las olas de calor, que han hecho que se reduzca el agua que corre por los barrancos. Así, los embalses de Tenerife solo alcanzan el treinta y dos por ciento de capacidad, mientras que las de Gran Canaria no llegan al diez por ciento.
Además, tres de ellas están completamente vacías, dos tinerfeñas y una en Gran Canaria, algo que repercutirá negativamente a corto, medio y largo plazo en el ya mermado sector agrícola de las islas.