Rosa Marina González, directora de la cátedra de Economía y Movilidad de la Universidad de La Laguna, afirma que el resultado es «poco alentador» para mejorar el problema de las retenciones en la isla.
Una encuesta llevada a cabo por la cátedra de Economía y Movilidad de la Universidad de La Laguna constata la preferencia de los tinerfeños por el coche individual a la hora de llevar a cabo sus desplazamientos, según señala su directora, Rosa Marina González.
La encuesta se llevó a cabo entre enero y febrero de este año entre la comunidad universitaria, cuyos datos sirven para elaborar el futuro Plan de Movilidad Sostenible del centro académico.
El 45% de los encuestados mostraron su preferencia por el desplazamiento en su vehículo particular, un resultado «poco alentador», habida cuenta de que el 66% de la comunidad universitaria se concentra en el área metropolitana, en la cual hay disponibles alternativas de transporte público muy convenientes.
La encuesta estuvo dirigida a todos los colectivos que conforman la comunidad de la Universidad de La Laguna, que ascendía en el momento de su elaboración a unas 25.414 personas entre estudiantes (20.523), personal docente e investigador (4.094) y personal de administración y servicios (797). De todos ellos, respondieron al cuestionario 2.713 personas, es decir, el 10,6%. En términos totales, el mayor número de participantes se concentró en el Campus de Guajara, con 1.110 encuestas respondidas, equivalentes al 11,13% del total de 9.972 personas en esa área. Sin embargo, proporcionalmente, la participación más abundante se dio en el Campus de Anchieta, con un 15,3% de encuestas correspondientes a 849 personas en una población de 5.534.
El estudio también reveló que las horas de los mayores desplazamientos de entrada y de salida coinciden con las horas punta del tráfico. Así, en el alumnado, el pico de personas desplazadas en la hora de entrada se da entre las 8:00 y las 8:30 en el turno de mañana, y entre las 15:00 y 15:30 en el de tarde. En cuanto a la hora de salida, entre los estudiantes se concentra en el intervalo 14:00-14:30, mientras que en el personal se da una hora más tarde.
Duración de los desplazamientos
Cuando se preguntaron los motivos para utilizar el coche individual como conductor sin pasajero como preferencia, la mayoría adujo la duración del desplazamiento. En ese punto, la catedrática se refirió a una investigación realizada por su grupo que revelaba que los individuos tienden a sobreestimar la duración del tiempo de viaje en transporte público, es decir, a creer que se tarda más de lo que dura realmente, mientras que con el coche privado sucede lo contrario: existe la percepción de que el trayecto dura menos que en la realidad.
Otro dato que pareció concernir a la ponente fue el referido a los motivos para utilizar el transporte público: entre el alumnado, la razón mayoritaria (52%) fue por motivos económicos. Y el siguiente motivo (41%) fue la carencia de permiso de conducir o coche propio. Es decir, se trata de una población “cautiva”, que no utiliza esta modalidad de transporte con convicción y que, probablemente, cambiará hacia el vehículo privado si mejora su situación económica. Sin embargo, en el personal de la universidad, el principal motivo para seleccionar esta opción fue la conciencia ecológica (58%).
Otros datos del estudio revelan que hay una muy baja concurrencia del uso de vehículo privado compartido y, en los pocos casos que se dan, se produce preferentemente con sólo el conductor y otro pasajero. También hay una escasa intermodalidad, entendida esta como el uso de varios tipos de transporte público para realizar el trayecto en etapas, lo cual es una tendencia que a su juicio se debe cambiar porque “el viaje ‘de puerta a puerta’ es totalmente insostenible”.
Gestión de aparcamientos y otras medidas
Tras exponer los resultados de la encuesta, Rosa Marina González lanzó al aire algunas reflexiones e ideas que se podrían poner sobre la mesa cuando se desarrolle el plan de movilidad institucional. Así, señaló que la abundancia de aparcamientos libres y gratuitos en los campus y alrededores supone un reclamo para utilizar coche privado. “Hay que gestionar los aparcamientos discriminando por procedencia y nivel de ocupación del vehículo: no es lo mismo alguien que venga de Los Realejos, donde las alternativas de transporte público no son adecuadas, que alguien del área metropolitana”. Incluso se podría considerar la tarificación de esos estacionamientos y dedicar esa recaudación a subvencionar modos de transporte más sostenibles.
Dado que la concentración de horarios de entrada y salida coincide con las horas punta de tráfico, la experta consideró que se podría debatir la flexibilización de la hora de acceso y fomentar la docencia y las tutorías online “cuando se pueda y donde se pueda” para contribuir a la descongestión viaria.
Para desarrollar esas y otras acciones, es necesario trabajar coordinadamente con otras instituciones públicas en un clima de colaboración y transparencia. En todo caso, señaló que “las acciones de concienciación e información sobre transporte sostenible no valen por sí solas, hacen falta también poner en práctica medidas de incentivo de los medios sostenibles y desincentivo de los que no los son”.