Rafael Domínguez, óptico - optometrista, propietario de Claravisión Canarias se ha visto obligado a practicar un ERTE a los 8 trabajadores al encontrarse con servicios mínimos.
A pesar de mantener abiertas sus puertas como servicio esencial, las ópticas de Canarias y de España en general, no han podido evitar que la crisis les afecte de manera importante, hasta tal punto y según nos asegura Rafael Domínguez, óptico – optometrista, propietario de Claravisión Canarias –“las ventas han bajado en nuestro caso más de un 90%”.
“En la actualidad estamos ofreciendo servicios mínimos y tan solo por las mañana, ya que no podemos graduar y tan solo estamos entregando encargos ya realizados y sobre todo solucionando problemas de gafas rotas, entre ellas, a muchos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o sanitarios”, nos confiesa Rafael Domínguez.
Y es que los datos no dejan lugar a dudas de la situación tan complicada por la que pasa también este sector –“lo que antes hacíamos en un día ahora lo hacemos en 15”, aclara.
Esta circunstancia ha obligado a este empresario a tener que practicar un ERTE a los 8 trabajadores con los que contaba hasta ahora.
“La crisis que nos espera a partir de ahora es importante, pero lo que debemos hacer es adaptarnos a esta nueva realidad, poniéndonos a la altura del poder adquisitivo del cliente, mejorando por lo tanto los precios”, señala Rafael Domínguez.