El cineasta Javier Chavanel nos da su opinión de la última película de Riddley Scott, la censura a Robert De Niro y los extravagantes «gastos de producción» de Carl Erik Rinsch.
Al cineasta Javier Chavanel no le ha gustado Napoleón, la última película de Riddley Scott, autor de Alien, Los duelistas y Blade Runner. Se trata de un director «con mucho oficio», pero esta no está entre sus mejores películas, que resulta «muy macarra y de trazo grueso, sin ningún tipo de solemnidad y casi diría sin respeto».
Asegura que su mayor problema es el guión, «muy deslavazado y que no permite nunca conectar con la persona, de la que nos da igual lo que le pase». Apunta que esto es independiente de que la cinta sea más o menos respetuosa con la historia, porque considera que el director tiene libertad para hacer lo que quiera.
La censura a Robert De Niro
Chavanel se hace eco de la censura al actor Robert De Niro en el discurso de entrega de los Premios Gotham a la película Los asesinatos de la luna, de Martin Scorsese.
El actor observó que en el telepronter le habían retirado parte del discurso y consideró que el encargado de la gestión, Apple, a su vez productora de la película, le estaba censurando, por lo que leyó el discurso original en su móvil.
Así, habló sobre la mentira se ha convertido en una norma, criticado a Donal Trump y el racismo norteamericano. Chavanel señala que De Niro puso de relieve la «contradicción entre lo que cuenta la película y lo que hace la productora».
Inusuales gastos de producción
Chavanel nos trae la extravagante anécdota del director Carl Erik Rinsch, que recibió cincuenta millones de euros de Netflix como adelanto para la serie de ficción Conquest. En vez de dedicarlos al usual alquiler de equipos, contratación de caracteres y cosas así, se gastó buena parte del dinero en criptomonedas y coches de lujo.