Dara Sánchez, responsable de desarrollo sostenible de Dinosol, nos detalla el programa que se desarrolla en ciento sesenta colegios con menores entre diez y doce años.
El grupo Dinosol ha detectado, a través de numerosos estudios, que el cuarenta y cinco por ciento del desperdicio alimentario se produce en los hogares, por lo que ha decidido poner en marcha la campaña «Larga vida a la comida» con el que pretende concienciar a los más pequeños de la necesidad de llevar a cabo una acción en apoyo de la sostenibilidad.
Sensibilización y tiempo
Los talleres escolares «Larga vida a la comida» se desarrollan actualmente en 160 colegios del Archipiélago con menores de entre diez y doce años de edad. Se trata, señala Dara Sánchez, responsable de desarrollo sostenible de Dinosol, de enseñar pautas de consumo alimentario y evitar el desperdicio: «Con sensibilización y tiempo veremos los frutos, porque esta es una buena edad para comenzar a trabajar, muchas veces con medidas de sentido común».
Certificado AENOR
Sánchez se muestra muy contenta que la compañía haya conseguido el certificado AENOR en la medición de la huella de carbono, una actividad que ya comenzó Dinosol el año pasado.
Considera muy importante que una tercera entidad, como AENOR, certifique que los cálculos se están haciendo de manera correcta y conforme a los estándares internacionales: «Se trata de hacer un ejercicio de transparencia para que la sociedad sepa lo que estamos haciendo».
Aportar un grano de arena
Dinosol tiene una huella de carbono equivalente a 47.000 toneladas de CO2, «no es una actividad especialmente contaminante», pero el consumo de electricidad es una parte muy importante y por eso trabajan en la reducción del consumo eléctrico implantando plantas fotovoltaicas.
Asimismo, desarrollan un plan de formación interno, «muy gratificante, porque todas las personas tienen interés en este asunto y quieren saber cómo pueden aportar su grano de arena».