→ «Las leyes no pueden servir para atropellar y entorpecer la economía, sino para aclarar determinados aspectos» → «No podemos demonizar el uso del plástico o el petróleo, porque son materias que nos han permitido alcanzar los niveles actuales de vida»
La vicepresidenta regional de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca) y directora general de Protisa, Raquel Malo, lamenta que la licitación pública no tenga en cuenta el valor añadido de los productos que se hacen en las islas y opten por primar los precios más bajos, con independencia de su repercusión sobre la economía en su conjunto.
Por ese motivo, pide a las administraciones que valoren adecuadamente la aportación e importancia de la industria canaria, por cuanto genera mucho menos CO2 debido a la cercanía entre el punto de elaboración y el de consumo.
Así, entiende que en las licitaciones se apuesta demasiado por el valor monetario de la oferta y no se tienen en cuenta factores como el impacto indirecto sobre la economía canaria en su conjunto en elementos como la formación, el empleo o la sostenibilidad medioambiental: «Hay que tener todo eso en cuenta porque también es economía».
Legislación excesiva
Asimismo, Malo considera que la excesiva legislación dificulta el desarrollo de las empresas, porque la profusión normativa oculta lo que no es más que «falta de capacidad de pensamiento».
Entiende que las leyes no pueden servir para «atropellar» a las empresas o dificultar su desarrollo, sino para aclarar determinados aspectos, y en particular, estudiando cómo afectan a los distintos sectores y qué medios se tienen para hacerlas efectivas.
La sostenibilidad, en el ADN de las empresas
A este respecto, indica que las empresas están muy mentalizadas de la necesidad de apostar por una economía sostenible y la protección del medio ambiente: «Va en nuestro ADN». No obstante, llama a no demonizar el uso del plástico o el petróleo, porque son materias que nos han permitido alcanzar los niveles actuales de vida.
«En tanto no haya otras energías alternativas, la actual es la que mantiene el mundo y bastaría imaginar cómo sería un mundo sin micrófonos o aviones», afirma Malo, que apunta que hoy se acentúa mucho la cuestión de cuánto se contamina, pero no en las magnitudes en las que se ha reducido la contaminación en los últimos años.