José García Casanova, doctor en biología y miembro de la asociación para la conservación de la biodiversidad canaria, destaca el carácter invasor de esta especie.
El rabo de gato, una especie habitual del norte de África y que se extiende hasta la Península Arábiga hasta Oriente Próximo, lleva muchos años instalada en Canarias, porque, como señala José García Casanova, doctor en biología y miembro de la asociación para la conservación de la biodiversidad canaria, desde su ámbito natural se ha ido extendiendo a todas las regiones de clima cálido, hasta convertirse en un problema ecológico.
En Canarias lleva establecida desde hace más de ochenta años en la isla de Tenerife. El viento ha permitido que sus semillas se trasladen y se extiendan por todas las islas, en especial a Gran Canaria y La Palma.
Hongos contra plantas en El Hierro
La forma de reducir la presencia del rabo de gasto es por medios mecánicos, extrayéndose de la tierra, lo cual es tedioso y no siempre da buenos resultados. En El Hierro se han empezado a utilizar cepas de hongo que debilita a las plantas, un trabajo que ahora se está empezando a poner en práctica gracias a un trabajo de Raimundo Cabrera.