→ «En 2028 faltarán 9.000 médicos de atención primaria debido a la falta de incentivos» → «Las manifestaciones del pasado sábado fueron una muestra de responsabilidad por parte de la sociedad civil»
La catedrática e investigadora en Economía de la Salud, doctora en Economía y catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía y gestión de la ULPGC, Beatriz González López Valcárcel señala la importancia del Informe 2024 de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) sobre la escasez y desequilibrios de profesionales sanitarios en España.
Este informe indica que si bien se dispone de altas tasas de médico por población, sin embargo, faltan médicos de atención primaria, hasta el punto de que en 2028 habrá un déficit de unos 9.000, lo que, a su juicio, es una cantidad excesiva.
Falta de incentivos
Esto obedece, indica López Valcárcel, a que los médicos jóvenes no se sienten atraídos por la medicina de familia porque no está prestigiada, tiene una importante carga burocrática y muchos de los puestos de trabajo están en lugares remotos, alejados de las grandes ciudades.
Esto exige que se incentive la elección de la medicina de familia, a través de incrementar salarios, reducir la burocracia y facilitar la vida de los profesionales que se animen a asumir la gestión sanitaria en el ámbito rural.
Responsabilidad civil para mantener la Sanidad
Sobre la situación de la atención primaria y de la sanidad pública en Canarias, López Valcárcel señala que lo que está en riesgo es la atención intermedia, por tiempos de espera «inasumibles», que lleva a los pacientes a la sanidad privada.
A su juicio, es una tarea de toda la sociedad mantener «vivo el buque insignia» del Estado del bienestar que es la sanidad pública. A este respecto, pone de ejemplo las manifestaciones del pasado sábado en todas las islas, a su juicio, «una muestra de responsabilidad civil», en la que se informa a los políticos «que está sucediendo algo».
Ancianos y uso de antibióticos
La experta está trabajando ahora en un proyecto para reducir el uso de antibióticos en las residencias de ancianos, porque crean resistencias antimicrobianas que crean problemas de salud. Se trata de un proyecto a tres años, en la que a los economistas de la salud se dedican a establecer una relación entre costes y resultados.