Felipe Lagarejo, coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, señala que no solo es insuficiente, sino que puede ser contraproducente.
El Teléfono 024 contra el suicidio cumple sus primeros dos años de vida y, en ese tiempo, ha recibido más de 260.000 llamadas, con unos 12.000 casos derivados a los servicios de emergencias. Para Felipe Lagarejo, coordinador de la comisión de suicidios del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife se trata de un instrumento que genera no pocas dudas sobre su efectividad.
«Es un recurso más y siempre hay que alegrarse», afirma, pero recuerda que detrás de un intento de suiciodo siempre hay una crisis vital, que si no se soluciona va a provocar un nuevo intento de suicidio.
Es decir, un teléfono de atención a estas personas es un recurso insuficiente si no se acompaña de medidas complementarias, llegando el caso de ser hasta contraproducente, si se da la esperanza de una ayuda que no se cumple, lo que haría que las personas sientan aún más desesperanza.
Insuficiencias del sistema
Lagarejo considera que las insuficiencias proceden de la falta de profesionales, que son muy graves en el caso de Canarias. Así, si en Inglaterra hay 50 profesionales especializados por cada 100.000 habitantes, la media de España es de 20, llegando a los seis en el caso de Canarias.
Profesionales especializados
A esto se suma un sistema sanitario enfocado hacia la dispensación de psicofármacos, «cuando lo que se necesita son terapias reales y efectivas por parte de profesionales preparados y no de cualquier psiquiatra».
Lagarejo invita a los responsables políticos canarios a que consulten lo que se hace en otras comunidades, donde se recurre a psicólogos y trabajadores sociales expertos en esa materia, cuando en Canarias se siguen haciendo encuentros y congresos conformados exclusivamente por médicos.