El presidente del Grupo Juan Padrón afirma que la voracidad recaudadora de la administración hace que prolifere el juego electrónico.
El presidente del Grupo Juan Padrón, Manuel Padrón, afirma que el modelo de juego está cambiando debido a la «voracidad recaudadora» de la administración central, algo que favorece el juego electrónico, más susceptible de crear patologías relacionadas con la ludopatía.
En Canarias nunca ha habido alarma social
Padrón señala que en el sector del juego «hay de todo», pero entiende que lo que más ha perjudicado al sector fue la ofensiva de Podemos contra los salones de juego, que se tradujo en una proposición no de ley cuya intención oculta era dar más poder a los juegos organizados por el Estado. Afirma que en Canarias nunca ha habido alarma social «porque los empresarios son serios».
Indica que, en el año 2018, cuando se sustituyó la licencia por una declaración responsable, se abrió una ventana para la proliferación de las casas de juego, pues si bien no podían ubicarse a menos de trescientos metros de un centro de enseñanza, sí se permitía en las cercanías de los centros para menores, lo que ha permitido que proliferen las casas de juego acaparando licencias: «No es serio».
Alta fiscalidad
Recuerda que los bingos pagan el 25% de las ganancias en el primer tramo de recaudación y un 40% en el segundo tramo. Eso hace que la actividad no sea rentable: «Cuando se vendía mucho se podía soportar, pero ya no». Eso ha hecho que se pierda empleo en el sector del juego tradicional, que se va reduciendo en beneficio del juego electrónico.
Padrón indica que no está en la intención de los buenos empresarios crear ludópatas. Para ello han creado la Plataforma para el Juego Sostenible, que desarrolla proyectos como el FES, de formación, educación y sensibilidad en los colegios y en otras instituciones. A los alumnos se les explica que hay que tener cuidado con los juegos online: «No queremos gente adicta en nuestras salas».
El fundador de la dinastía
Este 2024 se cumplen diez años de la muerte de su padre, Juan Padrón, fundador del grupo y una persona «muy amante del orden». Sus padres nacieron en Tejeda y luego se trasladaron a Valleseco, donde crearon la dinastía.
Manuel Padrón cree que su padre estaría contento de la marcha del negocio, porque las empresas «van bien», superando las distintas crisis, la pérdida de la gestión del Hotel Santa Catalina o la pandemia de la covid-19: «Hemos perdido plumas en el camino para reducir las deudas, pero es lo que nos ha permitido llegar hasta aquí».
Hotel Santa Catalina, un asunto «sentimental»
Sobre el Hotel Santa Catalina, Juan Padrón afirma que se trata de un asunto «sentimental». Una reciente sentencia le da la razón en que la administración «hizo mal las cosas». Señala que no ha renunciado a que las administraciones le den algún día la razón: «No tengo ninguna prisa».