Perros para apoyar a menores víctimas de violencia

Presentación del proyecto de terapia con perros | Foto: Gobierno de Canarias

Presentación del proyecto de terapia con perros | Foto: Gobierno de Canarias

Pedro Oliver, presidente de la asociación canaria de intervenciones asistidas con perros (Terapican) nos habla de esta iniciativa del Gobierno canario en el marco de los procedimientos judiciales.

La Consejería de Presidencia, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias ha presentado un proyecto para prestar apoyo a menores víctimas de violencia en procesos judiciales, que incluye terapia con animales en el ámbito de la Administración de Justicia de Canarias, con el objetivo de mejorar el bienestar emocional de los menores durante todo el procedimiento judicial. 

Pedro Oliver, presidente de la asociación canaria de intervenciones asistidas con perros (Terapican), destaca la bondad de este sistema para los menores que se enfrentan a situaciones de vulnerabilidad dentro del sistema judicial, ya que ha demostrado ser una herramienta eficaz para garantizar un trato más humano y comprensivo a nuestros niños y niñas y adolescentes. 

Los perros de apoyo, integrados en el procedimiento judicial, actuarán como facilitadores emocionales, ayudando a que el menor se sienta más seguro y tranquilo, lo que se traducirá en una mejor colaboración con los profesionales del sistema judicial. 

Oliver señala que estas mascotas, de nombre Leo y Gala, proporcionan seguridad, además de compañía, porque las víctimas perciben que el animal «te escucha sin juzgarte». 

Experiencia piloto 

Los resultados de la experiencia piloto de este nuevo proyecto han sido muy positivos. Durante la fase inicial en el Juzgado Especializado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria, se observó una notable mejora en la disposición de los menores a participar en los procedimientos, gracias a la presencia de los perros de apoyo. Este acompañamiento emocional no solo ha beneficiado a los niños, sino también a sus familias y a los profesionales involucrados en el proceso, quienes reconocen el valor añadido de esta iniciativa. Este proyecto, además de mejorar el bienestar de los menores, optimiza la labor de los profesionales judiciales, ya que facilita la interacción con los menores en situaciones de extrema tensión emocional.