→ «Los turistas son los que nos dan de comer. La recaudación del IGIC es tremenda» → «Tienen reivindicaciones inconexas y representan menos de lo que están diciendo» → «Tenemos muchos destinos cerca que ahora están en conflictos, pero todo puede cambiar»
El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, no tiene «ninguna duda» de que la manifestación del pasado domingo en la zona turística del municipio «fue contra el turismo», algo que le parece inaceptable.
Los intereses de «la competencia»
«Es triste, lamentable y solo responde a intereses de la competencia», afirma el alcalde, poniendo de relieve el daño, que a su juicio, hacen estas manifestaciones al sector turístico: «No se lucha por los intereses de Canarias, sino por hundir un negocio». Añade que los convocantes tienen reivindicaciones «inconexas» y que representan «menos de lo que están diciendo».
No hay nada que sustituya al turismo
Señala que si esos turistas abandonan las islas «no hay nada que los pueda sustituir», en referencia a la dependencia de Canarias de este sector. A este respecto, recuerda que las islas «viven del turismo», como lo demuestran los altos ingresos del IGIC que supone esta actividad y que contribuyen al sostenimiento de los servicios públicos.
Indica que el alto número de turistas que están llegando en este momento obedece a que muchos destinos cercanos están ahora en conflicto, por lo que se genera un desvío de turistas que puede cambiar en cualquier momento.
En el caso de San Bartolomé de Tirajana, la presencia diaria de turistas alcanza las 130 personas diarias en caso de lleno, a las que se suman unos 150.000 trabajadores, para una población residente de 50.000 personas. A juicio del alcalde, esto no supone una sobrecarga inasumible para los servicios públicos-
Alquiler vacacional y viviendas
Sobre el alquiler vacacional, Marco Aurelio Pérez señala que hay que seguir avanzando con el anteproyecto de ley que actualmente está elaborando el Gobierno canario, del que señala que «tiene cosas que corregirse».
Respecto de las dificultades para la construcción de viviendas, el alcalde desmiente que todo sea un problema de la burocracia, pues si el suelo tiene «las bendiciones», se puede dar licencia en tres o cuatro meses: «El problema no es la administración, sino los particulares que se denuncian unos a otros, con pleitos que llegan hasta el Tribunal Supremo».