El sector primario canario se mueve en la disyuntiva entre adaptarse a la situación y mantener las estructuras para responder rápidamente cuando llegue en final de la crisis del coronavirus. Javier Gutiérrez, secretario general de Asaga–Asaja Canarias, afirma que la producción y comercialización del sector estaba muy canalizada a través del sector turístico y el cierre de hoteles y restaurantes ha provocado que mucha producción no se pueda vender. Y en el sector ornamental, "literalmente no pueden vender ni una planta o una flor", mientras que en el sector lácteo, los animales no conocen de crisis sanitarias y producen mañana y tarde, lo que hace que se desperdicie mucha leche.
Un millón de consumidores menos
El problema, señala, es que hasta hace un mes la demanda procedía de los dos millones de habitantes más un millón de la población turística flotante, "que ahora no demanda": "Hace unos meses producíamos lechugas para tres millones de personas y ahora solo hay dos millones. Eso no tiene arreglo". Considera que hay cierto margen en la sustitución de productos que se están importando, como los huevos: "Creemos que con voluntad se puede intentar para premiar la economía de cercanía y evitar que nos quedemos muy afectados en el corto plazo".
Inyectar liquidez
Afirma que los empresarios están intentando reorganizar y planificar, pero señala que deben seguir manteniendo las explotaciones para cuando la actividad se recupere, "si no costará más ponerla en marcha". Por eso entiende que lo fundamental es inyectar liquidez a las empresas. A este respecto, apunta que hasta ahora existen documentos que trasladan el interés de las administraciones, "pero no hay medidas efectivas de que se vayan a hacer a corto plazo". Asegura que si bien existe la predisposición, también están teniendo problemas, porque hay procesos administrativos sujetos a la normativa europea. La primera inyección, dice, sería adelantar los pagos europeos, que se realizan a finales del mes de junio.
Consumo interno
Sobre la posibilidad de canalizar las ventas a través de los mercados locales, señala que corresponde a las administraciones locales garantizar las condiciones higiénicas-sanitarias: "Es una oportunidad que no se debería descartar". Asegura que algunas administraciones han optado por cerrar los mercados municipales porque no tienen capacidad de mantener las condiciones sanitarias, pero otras los han mantenido abiertos. Señala que además de las restricciones a la movilidad, hay también miedos y reparos del consumidor.