Moreno recuerda que, como refleja la película ‘Plácido’ de Luis García Berlanga, una de las grandes tradiciones de la festividad navideña era la de poner a un pobre en la mesa e invitarlo, tal vez por primer vez en su vida, a comer pavo y beber champán. Al pobre, dice Moreno, se le permitía ser feliz por un día a condición de que se sometiera a ser sacado en procesión como prueba de las bondades de la burguesía.
Desde que, con la llegada de la democracia, señala, el trajín del pobre comenzó a ser indecoroso, se sustituyó al indigente por el progresista, al que, como a Plácido se le permite sentarse a la mesa de los que mandan.
Esto, dice Moreno, no será nada en comparación con la próxima Navidad, cuando el "comunista" de Alberto Garzón sea ministro de consumo "y nos prohíba las truchas de batata" y los atascos diarios desde el día 6 de diciembre "de gente que quiere ir a la tercera planta de El Corte Inglés en coche", que es lo que, a su juicio, caracteriza a la navidad en las Islas. Menos mal, dice el periodista, que "Ani la patriota" está para salvar la navidad.