Pascual Calabuig, responsable de las tareas de conservación del pinzón azul en Gran Canaria, asegura que se ha buscado "cualquier excusa" para impedir que en Gran Canaria se produzca la reproducción esta especie.
Calabuig señala que desde el año 2013 se ha intentando impedir la cría en cautividad del pinzón azul "con múltiples excusas", pero "cuando analizamos de dónde viene esta gente y que es lo que lo rodea" se descubre un comportamiento "claramente patológico" en el que la "envidia y el celo profesional" están presentes. A este respecto, señala que entre los que forman el Comité de Seguimiento del Proyecto Life se encuentran quien "tuvieron dos proyectos LIFE y no consiguieron la reproducción en cautividad".
Señala que si este comité no hubiese parado el proyecto de cría en cautividad "ya tendríamos varias poblaciones estables" porque se trata de algo "a nuestra alcance". Pero el Gobierno canario, que debería dedicarse "exclusivamente a redactar los planes y fiscalizar", ha decidido "llevar este tema a la ruina". Asegura que "están retorciendo la norma" para evitar la procreación en cautividad.
En un escrito publicado en los medios de comunicación, el Comité de Seguimiento del Proyecto Life califica a Calabuig de "provocador" y de decir "medias verdades". El Comité asegura que el punto noveno del plan de conservación obliga a evaluar cuál es la mejor estrategia, si la cría en cautividad o la traslocación. El comité defiende que la cautividad sigue teniendo problemas. Calabuig desmiente que esto sea así, pues los pollos criados en cautividad "están saliendo adelante": "Cuando se ha propuesto un debate científico esta gente no da la talla". Otro argumento que da el Comité es el del alto coste de la cría en cautividad. Calabuig señala que, aunque los datos están "manipulados", lo cierto es que "nadie ha dicho nunca que la cría en cautividad sea barata". En cualquier caso afirma que es "rentable" ante "el desastre de las translocaciones", pues los animales que se traslocalizan no se quedan donde son soltados: "Tras cincuenta individuos traslocalizados, sólo quedan once". Insiste en que lo que quieren los miembros del comité es "arruinar el proyecto para que no tengamos éxito porque entonces serían ellos los que quedarían en ridículo".
Años de lucha por el pinzón azul
El pinzón azul de Gran Canaria es una especie (ya sabemos que no una subespecie) endémica de Gran Canaria, una de las aves más amenazadas del planeta, y en peligro de extinción.
Los primeros proyectos LIFE para su conservación y protección, iniciados en la década de los 90 y concluidos a principios de los 2000, capitaneados por el Gobierno de Canarias, concluyeron que el pinzón azul no se podía criar en cautividad por características inherentes a la especie. Después de once años de intentarlo sólo habían logrado sacar un pollo que murió tras soltarlo en los pinares.
Por aquel entonces el veterinario Pascual Calabuig trabajaba en la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, y sus constantes críticas a cómo se estaba ejecutando el proyecto abrió una brecha, que aún sigue siendo insalvable, con los responsables de la Oficina de Biodiversidad bajo la responsabilidad de Gorgonio Díaz Reyes. Hasta el dos ocasiones Calabuig acudió a los juzgados para que se le repusiera en su puesto o se anularan sanciones disciplinarias. Y en ambos casos ganó el pleito.
En 1998 se ejecutaron algunas transferencias de competencias al Cabildo, y Pascual Calabuig se convirtió en trabajador de la corporación insular en Gran Canaria. En 2002, y pese al fracaso de los proyectos LIFE, el Cabildo de Gran Canaria se empeña en intentar recuperar al pinzón azul y pone al frente del proyecto a Pascual Calabuig, que debió empezar de cero el proyecto. Al mismo tiempo estaba en redacción el Plan de Recuperación del Pinzón Azul que en un primer borrador limitaba a hacer la cría a partir de la recolección de huevos del pinar de Inagua donde, muy mermada y en un hábitat bastante inhóspito, se conservaba la reserva de pinzones azules. Tras un año de debates, el Plan de Recuperación contempló también la cría en cautividad a partir de la captura de ejemplares jóvenes del hábitat silvestre.
El proyecto comienza a dar resultados. En 2008, 6 pollos; en 2009, 12 pollos; en 2012, 28 pollos. En 2011 comenzaron las sueltas y se comprobó no sólo que superaban el primer invierno, sino que además había parejas que llegaban a la reproducción máxima de cuatro pollos. Pero, ¿cómo era posible, si el proyecto LIFE había concluido que el pinzón azul no se puede criar en cautividad por cuestiones inherentes a la especie?
Pascual Calabuig se puso a estudiar todo lo que pudo recopilar de las memorias del proyecto LIFE y descubrió que durante el proyecto ejecutado por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, se había administrado a los ejemplares del pinzonario un tratamiento desparasitario que los había dejado estériles. Y nadie se había dado cuenta.
Durante la cría en cautividad iniciada por el Cabildo de Gran Canaria Calabuig se encontró con una picadas en las patas de aves del pinzonario, que también aparecían descritas en la memorias del LIFE, pero sin que se hubieran investigado. Los análisis de Calabuig determinaron que se trataba de viruela aviar, y que una vez superada, el ave quedaba inmunizada y nunca volvería a sufrirla. Pero lo que descubrió Calabuig supuso una alarma para el Gobierno (que en realidad también lo había sufrido en su proyecto pero no lo había investigado) y consideró que la presencia de la enfermedad en el pinzonario suponía un riesgo para cualquier especie. En realidad, la viruela está presente en casi todas las especies sin mayor consecuencia.
En 2012, con motivo de la solicitud de autorización para la suelta de ejemplares de la cría en cautividad, se produce un nuevo enfrentamiento con la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, que deniega la suelta aludiendo a deficiencias de diversidad genética de los ejemplares criados en cautividad. En aquel entonces, un encontronazo de Pascual Calabuig con la consejera de Medio Ambiente del Cabildo, María del Mar Arévalo, llevó al Cabildo a no recurrir la negativa del Gobierno. Para cuando llegó el resultado de los análisis que negaban dicha deficiencia, Pascual Calabuig estaba nuevamente expedientado. La propuesta de resolución del técnico de ese expediente disciplinario fue el archivo, sin embargo nunca se archivó, simplemente caducó.
La aprobación de la nueva RTP del Cabildo de Gran Canaria, dejaba a Pascual Calabuig fuera del proyecto de Conservación del Pinzón Azul. Tuvo que acudir a los tribunales que sentenciaron, en 2016, que la RPT era nula en ese aspecto, viciada de desvío de poder, por lo que debía colocar de nuevo a Calabuig al frente de estas tareas
Mientras esto pasaba, se redactó el segundo Plan de Conservación del Pinzón Azul en 2013, con una vigencia de 5 años, según el cual el Cabildo de Gran Canaria se encargaría de seguir llevando la cría en cautividad mientras que el Gobierno de Canarias se centraría en la traslocación de ejemplares de Inagua a otros pinares en la cumbre. El Plan contempla además la creación de un Grupo de Trabajo compuesto por dos técnicos del Cabildo, dos técnicos del Gobierno, y dos investigadores externos, que tomarían todas las decisiones, no sólo la fiscalización del proyecto.
Al mismo tiempo, en 2015, entra en vigor un nuevo proyecto LIFE auspiciado por Cabildo y Gobierno para la ampliación del área de distribución de la especie.
En 2016, cuando la sentencia de la RPT devuelve a Pascual Calabuig a su responsabilidad en el proyecto, se pone a estudiar todo lo hecho hasta entonces en la cría en cautividad y descubre que la población cautiva para trabajar la cría estaba mermada y envejecida. Es el punto de partida de una nueva lucha de Pascual Calabuig contra el boicot al pinzón azul. En junio y julio de 2017 Pascual Calabuig desarrolla dos charlas en e Colegio de Veterinarios de Las Palmas exponiendo el boicot al pinzón azul, sin que públicamente se obtuviera ninguna respuesta por parte del Gobierno de Canarias.
Pascual Calabuig reiteró sus denuncias en El Espejo Canario el 2 de agosto de 2017. Después, el Espejo trató de ofrecer a sus oyentes la versión del Gobierno de Canarias, pero declinaron la invitación. Ha pasado poco más de un año.
Hace unos días, después de que un medio de publicación reiterara las acusaciones de Calabuig a los técnicos que impiden que entre sangre nueva en el pinzonario, el comité de seguimiento del proyecto LIFE hacía pública una nota en la que acusaba a Calabuig de provocador, de decir medias verdades y de alejarse del debate científico. El debate entre la cría en cautividad y la traslocación, abre el enésimo enfrentamiento en la conservación del pinzón azul de Gran Canaria.