La Estrategia Canaria de Cuidados Paliativos supondrá 53 nuevas camas específicas y 79 profesionales que se sumarán a los existentes.
El ex jefe del Servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín considera que el día "más importante y feliz" de su vida fue durante la presentación de la Estrategia Canaria de Cuidados Paliativos, por ser "el logro más importante" de su vida, sino porque se produce cinco años después de "aquella vil jubilación a la que fui sometido".
Considera que esta Estrategia es una de las mejores noticias para los ciudadanos canarios y también para los médicos, propiciada por el interés de las autoridades sanitarias, de los que avala la diligencia del director del Servicio Canario de Salud, Conrado Domínguez, y del consejero de Sanidad, José Manuel Baltar por reducir la implantación de esta estrategia de cinco a tres años. Está seguro de que el servicio va a funcionar porque cuenta con una ficha financiera y una planificación que evita que los distintos hospitales tengan que pedir a la Consejería camas o profesionales adicionales: "Los servicios recibirán los medios que necesitan porque así se ha establecido el Gobierno de Canarias".
El valor de la solidaridad
La Estrategia contempla un plan que proveerá de 53 camas específicas para cuidados paliativos, así como 79 profesionales, de los cuales 21 son médicos, 39 enfermeros, 10 psicólogos y otros 10 técnicos. Se trata de proporcionar cuidados "con equidad", con independencia de dónde de viva. Asegura que para los profesionales es también "una excelente noticia, porque siempre es difícil trabajar con pocos recursos y más aquí".
Señala que los médicos van mejorando su concienciación respecto a los cuidados paliativos, en particular porque "es posible el trabajo conjunto del médico que trata de paliar el sufrimiento y el médico que aún busca soluciones terapéuticas para el paciente".
Es partidario de que los médicos ayuden a los paciente en la toma de decisiones: "Lo ideal es la toma de decisiones compartidas. El enfermo tiene la última palabra, pero el médico tiene que ayudarlo. Por eso tenemos que abandonar la idea de la autonomía extrema del paciente, nada los ayuda más que la solidaridad".
Misión sagrada del médico
Afirma que no todo el mundo está en condiciones de hacer el trabajo de cuidados paliativos, "pero yo tampoco podría ser pediatra o cirujano". Considera que cada uno debe dedicarse a lo le gusta, pero los que se dedican a cuidados paliativos son los médicos "más felices, porque no interpretamos la muerte como un fracaso personal. La muerte no es más que el precio de vivir". Asegura que en su época de anestesista nadie me dio nunca las gracias por salvarle la vida, pero "en cuidados paliativos los pacientes te agradecen lo que estás haciendo". Es una actividad que "engancha" porque "la misión sagrada del médico es evitar el sufrimiento".